Banca March | Comienzo de año convulso para la bolsa americana, pero que no altera unas perspectivas positivas. Mantenemos nuestra visión favorable para la renta variable estadounidense. El retroceso del -10% desde máximos que llegó a acumular el S&P 500 a mediados de marzo es uno de los mejores reflejos de la elevada incertidumbre que están generando las políticas de Trump. El mercado está recogiendo el impacto negativo a corto plazo que tendrá la agresiva subida de los aranceles, su caótica implementación y los recortes de gasto del sector público –medidas que incluso están poniendo en entredicho la solidez del ciclo americano–, pero parece obviar que, a medida que avancemos en su mandato, también llegarán estímulos positivos para el crecimiento y por ende para las bolsas (menor regulación y menores impuestos).
Consideramos, por tanto, que el débil inicio del año para el S&P 500, lejos de asustarnos debe ponerse en perspectiva y es una oportunidad. La actual caída esconde dos realidades muy diferentes: las conocidas como 7 magnificas han arrastrado a la bolsa americana y acumulan ya retrocesos del -12% en el año, pero las restantes 493 compañías muestran una evolución más positiva e incluso logran ganancias del +0,5% en el año. La otra reflexión que consideramos relevante es que la caída de la bolsa americana se ha explicado principalmente por un ajuste de la valoración (menores múltiplos) y no tanto por un deterioro de las perspectivas de crecimiento de los beneficios empresariales. Desde el inicio del año, el agregado de analistas ha rebajado un -1,3% el beneficio previsto para el S&P 500, una rebaja testimonial y que sigue permitiendo anticipar unas tasas de crecimiento de doble dígito para los beneficios en 2025 (+11,5%), por encima de lo esperado para Europa (+6,5%).Este factor es importante dado que en abril comenzaremos a conocer los resultados empresariales del 1T, un momento en el cual podríamos ver una recuperación más sostenida de la bolsa si, como esperamos, se confirma este crecimiento diferencial.
Por otro lado, cuando comparamos en términos históricos este peor desempeño relativo de la bolsa americana frente a las europeas vemos que, el actual episodio es ya uno de los más intensos teniendo en cuenta la duración y la intensidad, lo que nos lleva a evitar precipitarnos y rebajar el peso en bolsa estadounidense a pesar de este convulso inicio del año. Además, debemos tener en cuenta que la reciente debilidad del dólar es un posible freno en esta tendencia: la depreciación del dólar favorecerá la competitividad externa de las empresas americanas(un 40% de las ventas de las empresas del S&P 500 proceden del exterior) y una caída del -5% del billete verde, como la de este ejercicio, históricamente impulsa un giro en las ratios de revisión de beneficios a favor de la bolsa americana frente a la europea. En conclusión, seguimos prefiriendo la bolsa estadounidense y difícilmente este peor desempeño continuará indefinidamente. Las empresas norteamericanas seguirán logrando tasas de crecimiento de beneficios mayores que las demás regiones y, ahora, con unas valoraciones más ajustadas. Además, si ajustamos el efecto de las 7 magníficas, vemos como el PER de las otras 493 empresas se encuentra por debajo del promedio histórico (S&P 493 cotiza en 14,9x frente a un PER promedio del MSCI World de 16,4x)