El 100% es el nuevo 60%

Hans-Jörg Naumer (Allianz Global Investment) | ¿Alguien recuerda los criterios de Maastricht, aquellos requisitos mínimos fijados en su día para entrar en la zona euro? Era la “condición” formal para acceder a la moneda única. Desde entonces, la unión monetaria europea ha quedado muy lejos de esas referencias iniciales. Hoy, acercarse siquiera a esos límites ya sería un éxito: una deuda del 60% del PIB y un déficit máximo del 3%. La realidad, sin embargo, es otra: “el 100% es el nuevo 60%”, con varios países de la Unión Europea (UE) acercándose a ese nivel de endeudamiento o, incluso, superándolo. La media europea está en el 83%, con Alemania todavía relativamente cerca del objetivo original, con un 63%. España, en cambio, ya ha cruzado el umbral de los tres dígitos, aunque por poco. Según la Comisión Europea, Italia alcanza el 138% de deuda sobre PIB, lejos aún del máximo del 154% que alcanzó en 2020.

Y luego está Francia: con una ratio deuda/PIB del 115%, resulta evidente que el gobierno francés necesita cambiar de rumbo. El problema es que no cuenta con mayoría parlamentaria para hacerlo. Tras una nueva moción de confianza que ha derribado al Ejecutivo de François Bayrou, la gran incógnita es hacia dónde se dirige ahora el país. Lo único seguro es que se avecinan momentos de tensión. Antes incluso de esta crisis política, las primas de
riesgo de la deuda francesa frente a la alemana ya habían repuntado, superando a las griegas y acercándose a las italianas (véase nuestro gráfico de la semana).

Al otro lado del Atlántico, la deuda pública de EEUU ya roza el 100% del PIB y se espera que siga aumentando en los próximos años. Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos soberanos a largo plazo están subiendo con fuerza: los gilts británicos a 30 años han superado el 5% y los bonos del Tesoro estadounidense a 30 años están a punto de hacerlo. Incluso en Japón las rentabilidades han comenzado a repuntar. Todo esto supone un claro aviso, que aumenta la presión sobre los gobiernos, especialmente en Japón, donde la deuda pública alcanza el 235% del PIB. La dimisión del primer ministro Shigeru Ishiba apunta, además, a un giro hacia una política fiscal más expansiva en el país del sol naciente.

Se espera que el nuevo Gobierno anuncie un paquete de estímulo para hacer frente a la inflación. Además de
las ayudas directas propuestas por el Partido Liberal Democrático (PLD) para compensar la subida de precios,
el plan incluiría medidas específicas de gasto, como un mayor apoyo a las familias con hijos.