Alemania: Friedrich Merz (CDU) se perfila como posible sustituto de Scholz

Edmond de Rothschild AM. | Donald Trump logró el control total del Congreso a lo largo de la semana después de que los republicanos ganaran la Cámara de Representantes. Previamente habían obtenido el control del Senado con mayor facilidad. El partido solo tiene una estrecha mayoría en la Cámara, pero despeja el camino para que la nueva administración deje su impronta en materia económica, fiscal y de comercio exterior, así como en soberanía energética. Significa que la transición puede desarrollarse con calma, dejando a Trump libertad para formar su gabinete y elegir a las personas clave. Los primeros nombramientos -Tom Homan en inmigración, Marco Rubio como secretario de estado y Mike Waltz al frente de la seguridad nacional- ya han marcado la pauta: será una administración muy segura de sí misma y dispuesta a poner en marcha un programa agresivo.

Sin embargo, debemos añadir algunos matices. En el trasfondo, algunos senadores republicanos parecen decididos a mantener una apariencia de independencia y mantener cierta distancia respecto a medidas clave como el aumento de los aranceles comerciales, que podrían avivar la inflación.

En Europa, el canciller alemán, Olaf Scholz, pedirá un voto de confianza en diciembre, una medida que disolverá formalmente el Bundestag. Friedrich Merz (CDU) se perfila como posible sustituto. Parece adoptar un enfoque más bien pragmático de las necesidades de inversión del país y parece más abierto a cierta relajación fiscal en materia de inversiones en infraestructuras, pero a cambio de recortes del gasto público. Estas convulsiones políticas se desarrollan en un clima social cada vez más tenso. Las negociaciones con los sindicatos serán difíciles, especialmente con Verdi, el sindicato de funcionarios, que ha exigido una agresiva subida salarial del 8%, en agudo contraste con el acuerdo más razonable alcanzado con IG Metall. En febrero de 2025 se celebrarán elecciones parlamentarias y ya se especula con una nueva hoja de ruta presupuestaria. Dicho esto, cualquier relajación fiscal llevará tiempo, por lo que no habrá muchos cambios antes de la segunda mitad de 2025.

En vísperas de la toma de posesión de Donald Trump el próximo mes de enero, los mercados se han inclinado hacia activos exclusivamente estadounidenses, en otra muestra del excepcionalismo americano.

La salud de la economía estadounidense quedó reflejada en la encuesta de la Reserva Federal Senior Loan Officer Opinion Survey sobre préstamos bancarios (octubre de 2024). En ella se mostraba que los criterios de concesión de préstamos a empresas y hogares habían seguido mejorando desde el mínimo de octubre de 2023. El uso de las tarjetas de crédito también ha mejorado. Ahora es más probable que los bancos aprueben préstamos de primera y de máxima calidad, y se espera que la demanda aumente en los próximos seis meses debido a las expectativas de que los prestatarios gasten más.

En términos más generales, las condiciones financieras han mejorado en el último año, a juzgar por la reducción de los requisitos para la concesión de préstamos, el estrechamiento de los diferenciales de los bonos high yield, la rentabilidad real de las acciones y la mejora de los tipos de cambio. Es probable que todo ello tenga efectos positivos en la economía real, al menos durante los próximos tres a seis meses.

En medio de la fortaleza actual del dólar y las perspectivas poco favorables de las exportaciones globales, seguimos plenamente invertidos en renta variable. Seguimos sobreponderados tácticamente en EE.UU. y nos sigue gustando la renta variable china. Seguimos siendo positivos en carry, especialmente en crédito con grado de inversión y maturities más cortos.