El caso Alibaba y el capitalismo de estado

Renta 4 | La sorpresa esta vez ha estado en una de las acciones tecnológicas de moda, y por tanto incluida entre las que normalmente deberían haber subido estos días. Nos referimos a Alibaba, cuya cotización cayó un 8% el pasado lunes en la Bolsa china tras una nueva vuelta de tuerca dada por el Banco Central de China (People’s Bank of China, PBoC) a la vigilancia sobre la filial financiera del grupo, Ant Financial.

En concreto, la página web del PBoC publicaba el pasado domingo unas declaraciones de Pan Gongsheng, sub gobernador de la institución, acusando formalmente a Alibaba de fallos (léase incumplimientos) regulatorios en la documentación de la salida a Bolsa de Ant Financial.

De esta forma la filial financiera de Alibaba, Ant Financial, ha pasado en dos meses de protagonizar la mayor salida a Bolsa de la historia, una salida que valoraba la compañía en trescientos mil millones de dólares, a ser acusada de estar incumpliendo la normativa financiera. Algo que no solo genera una posible amenaza de sanciones, sino que, además, obliga a Alibaba a posponer el estreno bursátil de su filial hasta que se adapte a los requerimientos del supervisor, lo que difícilmente podrá hacer antes de un año.

Desde fines de octubre la cotización de Alibaba ha experimentado, tal y como se ve en el Gráfico adjunto, un recorte del 25%. En el origen de ese recorte está el discurso pronunciado por el fundador y presidente de Alibaba, Jack Ma, el pasado 24 de octubre en Shanghai, dentro del Bund Finance Summit. Un discurso brillante y profundo, en el que describía con inteligencia y acierto las transformaciones estructurales que el sistema financiero global está experimentando en este apasionante inicio del siglo XXI.

En ese discurso, junto a observaciones realmente interesantes, Jack Ma deslizaba algunas críticas hacia los Bancos oficiales chinos y hacia el sistema supervisor y regulatorio, tachándolo de estar pensado más para resolver problemas del siglo XX y no del siglo XXI. Críticas que no fueron buen recibidas, al parecer, por los supervisores.

Tal vez Jack Ma haya empezado a entender los sutiles entresijos del capitalismo de Estado hacia el que hoy se mueve la economía global, o tal vez simplemente considere este tropiezo en la salida a Bolsa de Ant Financial como una pequeña incidencia dentro de una batalla mucho más larga, en la que la innovación promovida por el mercado libre, al final vencerá a la represión de la burocracia.

Es difícil saber quién será el ganador final de esa batalla, es incluso probable que no haya ningún ganador, y que el mercado y el Estado (la torre del poder y la plaza del mercado) se vean obligados a convivir buscando espacios propios que no impidan del todo la innovación y el progreso, pero dentro de una vigilancia permanente de las autoridades.

Desde el punto de vista bursátil, en nuestra opinión la caída de Alibaba ofrece una interesante oportunidad de entrada en una de las tecnológicas que, sin duda, está transformando la vida diaria y la forma de hacer tanto el comercio como las finanzas en el siglo XXI.