Santander | Entre la espada y la pared. Esa parece ser la situación de los mercados, y sobre todo de los de crédito, que podrían cerrar esta semana prácticamente planos en una semana récord de flujos hacia este producto y un primario que comienza a mostrar señales de ralentización. Y es cierto que el primario debería comenzar ya a suavizarse a partir de ahora como suele ser habitual durante los últimos compases de enero ante el arranque de blackouts.
Pero también es cierto que los vientos de cola para los mercados de crédito casi desde el arranque del 4T han estado íntimamente ligados con la probabilidad de recortes agresivos de tipos desde marzo (Fed + BCE). Pero ese planteamiento comienza a ser severamente cuestionado tras Davos (y Waller) y ante una clara relajación de las condiciones de financiación tras el inédito rally de mercados. Si la condición necesaria para que este tailwind no pase a ser un verdadero headwind es que la economía sufra una ralentización mucho más aguda, no estaríamos ante grandes noticias para los mercados de crédito (atención a los flash PMIs de servicios de enero el miércoles y al IFO antes de la reunión de política monetaria del BCE).
Y sobre todo teniendo en cuenta la expectativa de nuestros economistas de rebote en el IPC de enero (salarios, final de algunos subsidios y efectos base). Por cierto que, hablando de salarios, uno de los indicadores más seguidos y de elevada fiabilidad, el EZ Indeed Wage Tracker arrojaba esta semana una foto de inesperada aceleración en los salarios en diciembre hasta el nivel más elevado desde agosto (+3,9%, +3,7% en noviembre).