Última hora sobre la taxonomía europea

Fernando Rodríguez | La taxonomía europea ha dado este año pasos importantes que implicarán obligaciones de información concretas para determinadas compañías y sectores en los ejercicios de 2021 y 2023. El acceso a datos homologados y fiables y el desarrollo de reglamentos de ejecución más concretos se sitúan entre los muchos retos pendientes.

Estas fueron algunas de las conclusiones del VI Webinar sobre Finanzas Sostenibles organizado por la Asociación Española de Relaciones con los Inversores (AERI), que en esta edición contó con el apoyo de la consultora –y miembro de esta organización-  NFQ y se desarrolló en torno a la Taxonomía Europea de Actividades Sostenibles.

Helena Viñes, consejera de la CNMV y miembro de la Plataforma de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, describió la taxonomía europea como un “diccionario vivo –ya que se actualizará cada tres años- que describe qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles y bajo qué condiciones” y que será traducido “a unas métricas cuantitativas” de futura elaboración. Viñes, que estimó que “lo que tenemos sobre la mesa no es ni una quinta parte de lo que se pretende hacer”, indicó que la taxonomía es la piedra angular del plan de finanzas sostenibles de la UE que ayudará a “descarbonizar las carteras de inversión y de crédito de la banca, maximizando el poder del vector financiero para desarrollar ese plan del `Green Deal´”. Esta consejera de la CNMV, involucrada en el corazón de los trabajos de desarrollo de la taxonomía, declaró ser consciente de los problemas que los intermediarios financieros encuentran para acceder a los datos sobre inversiones y riesgos de las compañías en relación con la descarbonización y el cambio climático, aunque recordó que la Comisión Europea trabaja en un punto único de acceso a esa información –el European Access Point-. “Todos los intermediarios financieros van a tener que preguntar a sus clientes las preferencias en ESG a través de un test de idoneidad, y ajustar los que se les puede vender a partir de esas preferencias”, aclaró. “La taxonomía va a facilitar mucho la vida de los inversores y va a reorientar el flujo de capitales” en la dirección de los planes de la UE en relación con el medio ambiente, aseguró.  

José Luis Blasco, director de Sostenibilidad de Acciona, consideró que la taxonomía es “la foto que necesitamos para guiar los flujos económicos en la dirección del `Green Deal´ de la UE” y que “todas las compañías van  a quedar impactadas de uno u otro modo por ella: porque te pida información tu banco o tu cliente o por la directiva de reporte”. Blasco recordó que las empresas tendrán que “transparentar” cómo de elegibles son sus actividades respecto al mapa sectorial que dibuja la taxonomía a comienzos de 2021 en el caso de España, y ya en 2023, reportar sobre el Capex, Opex e Ingresos relacionados con las actividades “taxonómicas”, a lo que habrá que añadir los nuevos requisitos que introducirá la renovada directiva de reporting que se avecina. No obstante, Blasco aclaró que, lejos de ser como un `rating´, la taxonomía ayudará a las empresas en tres aspectos: 1. Aclarar cómo están impactadas por la descarbonización las actividades económicas ya catalogadas; 2. En consecuencia, conocer el camino a emprender y las medidas a adoptar; y 3. Ayudar a explicar el modelo de negocio respectivo.

El moderador del webinar, Tomás Conde, asesor senior en ESG para AERI y Llorente&Cuenca, anunció una próxima sesión para responder a las cuestiones sin contestar que plantearon los casi 300 asistentes virtuales al evento.