Buenas noticias para los fondos en renta variable europea

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | La renta variable del Viejo Continente lleva mucho tiempo siendo una especie de cenicienta de los mercados. En la última década, el S&P 500 americano ha subido aproximadamente el doble que los índices europeos comparables, menos dopados de valores tecnológicos, pero sobrecargados de acciones cíclicas. Por no hablar de la tradicional des-Unión Europea y de las políticas de rigor presupuestario que amenazaron con estrangular nuestras economías tras la crisis financiera. Pero ahora las cosas han cambiado.

Para empezar, la Unión Europea muestra más solidez que antaño. Pese al racaneo de los austeros (algunos no casualmente semi-paraísos fiscales insolidarios como Holanda) y las estupideces de los populistas (en los miembros del Este, pero también en el núcleo duro de Europa contaminado por la ultraderecha), la crisis del covid y el Brexit han servido para que Europa hable con una voz cada vez más unificada en su rumbo económico. Los masivos fondos de recuperación en marcha son la mejor prueba. Reforzada aún más por el acuerdo logrado este mismo mes de junio para realizar la primera emisión de deuda conjunta europea, destinada precisamente a financiar estos fondos de recuperación. La UE ha puesto en marcha además la primera iniciativa para, a través de un órgano fiscal común, perseguir los delitos financieros, al tiempo que se obliga a las grandes compañías a detallar su factura impositiva país por país, a fin de combatir las estrategias de evasión fiscal.

A todo este renacer del impuso comunitario se suma el hecho de que la salida del Reino Unido, aunque sin duda perjudica a sus antiguos socios, supone también librarse de las continuas zancadillas de Londres a cualquier intento europeo de avanzar en la unión económica y política. Cierto que Europa sigue enfrentada al lastre de ciertos miembros ultraconservadores recién incorporados desde el Este, así como a desafíos por resolver como el de la inmigración, pero está superando mejor de lo esperado tanto el Brexit como la crisis vírica. Ni el primero se ha contagiado a otros países como clamaban los agoreros, ni la segunda ha frenado a Europa tanto como se temía inicialmente.

Precisamente en la lucha contra la pandemia, Europa, pese a sus errores y titubeos iniciales, muestra su liderazgo con una vacunación acelerada, con el levantamiento de las restricciones y con ese pasaporte covid que puede entrar en vigor dentro de apenas dos o tres semanas. Unos factores que sin duda estimulan las perspectivas de intensa recuperación económica. Algo que ya se está notando en la creciente fortaleza del euro frente al dólar, en los mayores rendimientos de los bonos europeos a largo plazo y en las buenas previsiones para los valores cíclicos e industriales.

A todo ello se suma el factor ASG, ya que los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo, de creciente importancia para los gestores de fondos, avanzan a mayor ritmo entre las compañías europeas que entre las del resto del mundo (algo que se acelerará gracias, entre otras cosas, a sentencias recientes como la emitida contra la petrolera Shell).

Estas mejores perspectivas generales para la Europa post-covid llegan, además, cuando las bolsas europeas registran valoraciones mucho más bajas que las americanas (donde no deja de hablarse de cierta burbuja, sobre todo en la tecnología). De ahí que cada vez más gestores de fondos de renta variable estén volviendo a valores europeos de calidad, excesivamente castigados por las dos sucesivas crisis (la financiera y la pandémica), pero que ahora presentan potencial alcista.

Como de costumbre, la clave es la diversificación. Por tanto, tampoco hay que emocionarse y volcarse en fondos de renta variable europea, pero sí aumentar moderamente nuestra exposición a este mercado. Aunque lo mejor, en mi opinión, siguen siendo los fondos globales bien gestionados que buscan oportunidades haya donde aparezcan en cada momento, sea en pequeñas empresas europeas que despegan, en grandes tecnológicas americanas que se abaratan, en estrellas nacientes asiáticas… Ya se encargan los gestores de ir corrigiendo el rumbo. Vigile que el suyo lo hace así. Si ahora está incrementando posiciones en renta variable europea, señal de que está leyendo bien los vientos del mercado y de la economía.