¿Debemos seguir creyendo en lo que dicen los banqueros centrales?

Franco Macchiavelli

Franco Macchiavelli (Admirals España) | Analicemos la evolución de las declaraciones de Powell a lo largo de las últimas reuniones más relevantes:

  • Marzo 2020: Powell afirmó que «La inflación no será un problema».
  • Enero 2021: Cambió su tono y dijo que «La inflación es transitoria».
  • Septiembre 2021: Prometió que «Los tipos de interés no subirán hasta 2024».
  • Enero 2022: Sorprendentemente, declaró que «Se necesita recesión para reducir la inflación».
  • Diciembre 2022: Aseguró que «La desinflación ha comenzado».
  • Febrero 2023: Ofreció una perspectiva optimista: «Un aterrizaje suave es posible».
  • Marzo 2023: Destacó que «El sistema bancario es estable».
  • Septiembre 2023: Predijo que «La inflación no alcanzará el 2% hasta 2025».

Ninguna de estas afirmaciones ha resultado ser completamente precisa hasta ahora, lo que plantea la pregunta: ¿Hasta qué punto debemos seguir confiando en las palabras de los banqueros centrales?

Otro caso destacado es el de su homóloga europea, Christine Lagarde, quien en 2021 prometió no aumentar los tipos de interés hasta 2024, mientras que la inflación continuaba su ascenso y acabó subiendo tipos en 2022 de forma vertiginosa.

¿Cuántas familias podrían haber protegido su economía familiar de un aumento de más del 100% en sus cuotas mensuales de hipoteca al hacer la transición de un tipo de interés variable a un tipo fijo?

Esto plantea interrogantes sobre la claridad y la transparencia en la comunicación de políticas económicas. Cuando los líderes no son coherentes en sus palabras y acciones, ¿qué podemos hacer como ciudadanos?

La respuesta radica en asumir el control de nuestras vidas y finanzas, ser independientes y cultivar la capacidad de análisis. Ningún banquero central resolverá nuestros problemas.

En palabras de Nassim Nicholas Taleb: «Adaptarse o morir», esta frase cobra más relevancia que nunca en un mundo financiero volátil como el actual.

En ti está la elección: o te sigues quejando de los dirigentes, o adquieres capacidad de análisis y forjas el rumbo de tu vida.