El BCE reducirá el diferencial entre la facilidad de depósito y las operaciones principales de financiación a 15 puntos básicos (frente a 50 pb anteriores)

German_Garcia_Mellado

Germán Gª Mellado (A&G) | Casi con toda seguridad el BCE bajará tipos en la reunión del 12 de septiembre, pero es poco probable que ofrezca una guía concreta sobre próximas actuaciones. Los datos de inflación publicados durante el verano, la desaceleración en las negociaciones salariales del 2T 2024, y la anticipación de bajadas de tipos de Powell en Jackson Hole, allanan el terreno para entregar esa segunda bajada de tipos que el mercado tiene totalmente descontada.

La atención estará puesta por tanto en la guía que ofrezca el BCE en el comunicado o Lagarde en rueda de prensa. Pero, con un crecimiento económico más débil de los esperado y una inflación de servicios que no acaba de descender como se esperaba, es difícil que la presidenta marque un camino claro para los próximos meses. Dicho esto, creemos que el mensaje implícito aportado estará más alineado con un movimiento a la baja en diciembre, en lugar de octubre.

El BCE empezará a implementar la primera medida del nuevo marco operacional anunciado en marzo. En este caso, reducirá el diferencial entre la facilidad de depósito y las operaciones principales de financiación a 15 puntos básicos (frente a 50 pb anteriores). Por ello, si como se espera acaba bajando la facilidad de depósito en 25 pb hasta el 3,5%, el tipo al que los bancos pidan prestado descenderá hasta el 3,65%. El impacto de esta medida en mercado debería ser muy limitado.

En cuanto al balance, no se esperan novedades respecto a lo anunciado en las últimas reuniones. El programa APP seguirá sin reinvertir los vencimientos de bonos que vaya teniendo, mientras que el PEPP continuará con una reducción aproximada de 7.500M/mes a través de menores reinversiones hasta finales 2024, fecha en la que se espera que deje de reinvertir por completo sus vencimientos.

En esta reunión será relevante también la actualización de las proyecciones macroeconómicas de la Autoridad Monetaria. Respecto al crecimiento, probablemente se revisen a la baja debido a los últimos datos que se han ido publicando. Más dudas hay sobre las estimaciones de inflación de los próximos años: aunque el índice general puede que muestre cierta relajación a futuro, parece difícil que sea acompañada con la misma tendencia en la subyacente.

El escenario actual de desaceleración económica e inflación de servicios más pegajosa de lo esperado, no invita a pensar que el BCE cambie su aproximación en el forward guidance. Por ello, seguirá con un enfoque “dependiente de los datos” y “reunión a reunión”, que le permita aplicar ritmos diferentes en el ciclo de bajadas de tipos.

Actualmente el mercado descuenta importantes descensos en tipos de intervención, que se llevarían la facilidad de depósito a niveles ligeramente superiores al 2% a mediados de 2025. Con los datos conocidos actualmente, y en ausencia de un deterioro adicional de la macro, parecen previsiones un tanto agresivas, por lo que niveles del 2,5% los consideramos más razonables para este entorno macro. La aproximación prudente que debería dominar el mensaje de Lagarde, hace que el escenario que veamos más probable es el de nuevas bajadas de tipos en diciembre de este año, mes en el que volverán a actualizar estimaciones de crecimiento e inflación.