El BCE subirá al menos 50 puntos básicos en septiembre, antes de que la recesión se empiece a notar

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Annalisa Piazza (MFS Investment) | Las posibilidades de una subida de 75 puntos básicos no son triviales, ya que la inflación seguirá estando muy por encima del objetivo durante más tiempo y el BCE se muestra nervioso por la necesidad de adelantar su ciclo de subidas antes de que la economía de la Unión Económica y Monetaria (UEM, por sus siglas en inglés) entre oficialmente en territorio de recesión a finales de este año.

Nuestro escenario de referencia es que el BCE suba los tipos de interés oficiales en 50 puntos básicos en septiembre, octubre y diciembre, y que luego haga una pausa, reevaluando el panorama económico general con los tipos en el 1,5%, lo que en cierto modo se sitúa en un nivel «neutral». Se espera que el debate sobre la necesidad de una subida de 50 o 75 puntos básicos sea bastante intenso esta semana, pero sospechamos que prevalecerá la lógica de un endurecimiento «ordenado» pero «sostenido» (como mencionó el miembro del Consejo de Gobierno francés Villeroy en Jackson Hole). Aunque la misión del BCE sigue siendo la estabilidad de los precios, un ciclo de endurecimiento ordenado (especialmente en el actual panorama macro sin precedentes) permite a los mercados evitar una volatilidad innecesaria.

La explicación en torno a la necesidad de un ciclo de subidas agresivas no es del todo convincente, ya que las incertidumbres en torno a las perspectivas macroeconómicas de la zona euro siguen siendo elevadas (es decir, los riesgos de un corte total del flujo de gas procedente de Rusia no son insignificantes). Dicho esto, el BCE parece estar ahora más preocupado por los riesgos de inflación persistentes y menos sensible a un escenario de recesión.

La postura política del BCE a medio plazo se definirá en función del impacto de las subidas actuales sobre la inflación y las expectativas de inflación en los próximos 6 meses aproximadamente, la evolución de las presiones inflacionistas subyacentes (como las negociaciones salariales) y los factores globales. En cuanto a estos últimos, los próximos movimientos de la Reserva Federal serán extremadamente importantes, ya que nos cuesta ver que el BCE mantenga una postura más dura que la de la Reserva Federal durante un periodo prolongado de tiempo, incluso si hay un desajuste en cuanto al inicio del ciclo de subidas.

Desde el punto de vista del mercado, el riesgo/recompensa de un mayor aplanamiento de la deuda pública europea básica es menos convincente que hace un par de semanas, ya que la mayor parte del ciclo de subidas del BCE ya está descontada. En todo caso, vemos la posibilidad de que un BCE más agresivo pueda empujar al mercado a fijar el precio de un tipo de interés final más alto, lo que pesaría más en el vientre de la curva. Los riesgos adicionales provienen de los posibles comentarios de algunos miembros del BCE sobre las discusiones en torno al final de las reinversiones del QE, que serían otra señal bajista y llevarían a una cierta ampliación de los diferenciales.