El euro débil complica la tarea del BCE y podría obligarle a subir los tipos más de lo que les gustaría

Victor_Alvargonzalez

Víctor Alvargonzález (Nextep Finance) | El euro está débil en primer lugar porque el mercado se está dando cuenta de que quien paga la factura de las sanciones a Rusia es Europa, no Estados Unidos. Las probabilidades de entrar en recesión son cada vez mayores en Europa que en EEUU. Y en todo caso si ambos entran en recesión la europea será más profunda y duradera.

En nuestra opinión la consecuencia más importante es aquella de la que menos se habla: el impacto inflacionista de un euro débil. El mayor problema que tiene actualmente la economía europea y la española, en particular, es la inflación. Cuando el euro se debilita nos sale más caro todo lo que compramos fuera, es decir, importamos inflación. Especialmente cuando el grueso de la inflación europea se debe al aumento del coste de la energía, los alimentos y las materias primas en general.

Las consecuencias para los mercados son evidentes: las bolsas que tienen más probabilidades de volver a la tendencia alcista son aquellas en las que antes baje la inflación. Y un euro débil no ayuda a bajar la inflación, más bien al contrario.

Por otra parte, a más inflación, más deberes para el Banco Central Europeo, que probablemente esperaba que la recesión facilitaría a su tarea, puesto que la recesión reduce el consumo y la inversión y por lo tanto «ayuda» a que bajen los precios. El euro débil complica su tarea y podría obligarle a subir los tipos más de lo que les gustaría. También está débil porque en Estados Unidos los tipos de interés son mucho más altos que en Europa. Los tipos de interés son el precio del dinero y el dinero va donde recibe mejor remuneración y el BCE va con mucho retraso respecto a la Fed en lo que a subida de tipos se refiere.

También hay una cuestión psicológica: la caída del euro tiene mucho que ver con que es Europa quien paga el coste de las sanciones a Rusia. La imagen de los alemanes sufriendo racionamiento de calefacción y agua caliente no dice mucho a favor de la economía europea, y las divisas son un termómetro de la economía y la pujanza o debilidad de los países, en este caso una zona económica, la zona euro, y esta se ha metido en un buen lío al apoyarse en el gas ruso para su transición energética y eso se refleja en la cotización euro dólar.

Se argumentará que un euro débil ayuda a las exportaciones o que mejora la valoración de los balances de las empresas españolas o europeas en el exterior. Siendo esto cierto, estos beneficios no es ni remotamente comparables al daño que hace ahora mismo la inflación la economía europea y el hecho de que un euro débil la haga persistente.

Si no tuviéramos el grave problema inflacionista que tenemos en Europa y especialmente en España un euro débil no sería tan grave, puesto que ayuda a vender mejor en el exterior, puesto que nuestros productos resultan más competitivos en precio cuando nuestra divisa se devalúa. Y lo mismo se puede decir del turismo.