El futuro ya está aquí… y los pronósticos también

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | A medida que se acerque el 31 de diciembre, proliferarán las previsiones para el feliz año nuevo (muy mal tiene que darse para que no sea mejor que el viejo). Y también llegarán pronósticos para los próximos ejercicios. Así que adelantaremos algunas líneas generales para el inversor en fondos. Con suerte, coincidirán con las que pronto comenzarán a publicarse por doquier. Y con más suerte aún, quizás se parezcan algo a eso que llamamos futuro y que, por definición (ya lo hemos visto en 2020) es imprevisible, sobre todo en los mercados.

“La vacuna está cerca y cuando tengamos controlado el coronavirus, la economía rugirá”, afirmó Paul Krugman, premio Nobel de Economía, en uno de sus últimos artículos (véase el diario EL PAÍS de 22 de noviembre). Me gustaría disponer también de algún pronóstico de la futura secretaria del Tesoro estadounidense y ex presidente de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, prestigiosísima economista que, según el Wall Street Journal, fue la que más acertó en sus pronósticos entre las más de 700 predicciones emitidas por gobernadores de la Fed entre 2009 y 2012. Como Yellen aún no ha pronosticado nada, esperamos con ansia sus primeras intervenciones, pero, de momento, tranquiliza mucho a los mercados (y a la economía de todo el planeta) que por fin haya vida inteligente en la Casa Blanca y sus alrededores.

Con estas dos premisas tan optimistas –recogidas ya en buena parte por la espectacular subida de los índices bursátiles durante las últimas semanas, sin olvidar el “efecto vacuna”–, parece que podemos afrontar el año nuevo con algo más de esperanza. Y con la consolidación de ciertas tendencias ya presentes:

-Conviviremos con tipos oficiales muy bajos durante aún unos cuantos años, que dificultan los rendimientos de los fondos de renta fija, sobre todo los basados en deuda de los países desarrollados (segura pero con rentabilidades posiblemente negativas durante bastante tiempo). Pero también complican la rentabilidad de los fondos centrados en deuda de países emergentes o de empresas de algo riesgo, cuyas prestaciones serán mayores, pero a cambio de una volatilidad creciente… y sólo si los gestores se esmeran en una gestión muy activa.

-Nos agitará una volatilidad que se ha extremado en este año de la pandemia pero que no desaparecerá en absoluto y que, posiblemente, incluso se incremente en algunos momentos. Así que –y ahora vamos con citas no financieras–, como dijo Horacio, “carpe diem, quam minimun credula postrero” (disfruta o atrapa el día, confía lo mínimo en el futuro). Una sentencia que para el inversor en fondos traduciremos como: “No te pongas nervioso a corto plazo ni hagas movimientos bruscos en tu cartera si tienes, de verdad, visión de medio y largo plazo”.

-Asistiremos a unos rendimientos de los fondos de renta variable (mejor, como insisto siempre, de bolsas internacionales) que quizás se acerquen a los dos dígitos de media anual (o incluso los superen) en los productos de gestión más activa. Algo que ya ha pasado en los últimos ejercicios y que, pese a los sobresaltos del porvenir, puede repetirse. Por lo que aquí diremos, con Aristóteles: “Esperamos los peligros con conocimiento y experiencia. Lo inesperado lo afrontamos con carácter”. Lo que para un inversor en fondos se traduce en la diversificación que nos ofrece la experiencia, y en el carácter para –como decía en el párrafo anterior– no ponernos nerviosos con una renta variable que hará lo de siempre (es decir, subir y bajar), pero que no debe alterarnos más de la cuenta.

-Persistirán unas tendencias ganadoras que ya se han apuntado durante este año: inteligencia artificial, cambio climático, ciberseguridad, la nube y, por supuesto, todo lo relacionado con la sanidad y las vacunas (háganse a la idea de que esta pandemia no será la última, aunque esperemos que las siguientes nos pillen más preparados). Y aquí citaremos a otro clásico, Joaquín Salvador Lavado, Quino (tristemente fallecido en este nefasto 2020), que a través de Manolito, uno de los compañeros de Mafalda, nos recomienda: “Si alguien golpea tu mejilla izquierda, ve y aprende kárate”.

Aunque este mensaje, más que para el inversor, es para los gestores de fondos y, sobre todo, para los políticos: a ver si algunos aprenden de una vez que, ante la adversidad en la economía y los mercados, no hay que relajarse y poner la otra mejilla, sino aprender por dónde va el futuro y actuar en consecuencia, que para eso nos cobran impuestos y/o comisiones de gestión.