El nuevo Gobierno de Alemania aumentará la inversión, pero mantendrá la disciplina fiscal

Scope Ratings | El nuevo Gobierno de coalición de Alemania tiene previsto mantener la disciplina fiscal en consonancia con el actual marco de «freno de la deuda», por lo que la reforma de las políticas para fomentar una mayor inversión privada es crucial para satisfacer las grandes necesidades de inversión del país.

Sin esta reforma, el Gobierno tendrá dificultades para cubrir el gran déficit de inversión del sector público, estimado por Scope Ratings en unos 410.000 millones de euros, y mantener el potencial de crecimiento a largo plazo de la mayor economía de Europa.

«El nuevo Gobierno de Alemania hará más hincapié en aumentar las inversiones del sector público y privado para impulsar el crecimiento y cumplir los objetivos medioambientales«, afirma Eiko Sievert, analista de Scope Ratings. «En gran parte esto depende de que haya una estrecha colaboración entre los ministerios controlados por los dos socios más pequeños de la coalición, así como de los estados federales que tienen importantes competencias presupuestarias».

Dirigidos por el canciller en funciones Olaf Scholz (SPD), los partidos de la coalición han acordado que Christian Lindner (FDP) sea ministro de Economía, y Robert Habeck (Verdes) se encargue del nuevo Superministerio de Economía, Energía y Cambio Climático. También está previsto un nuevo Ministerio de la Construcción con el objetivo de aumentar el parque de viviendas en 400.000 al año.

«La estrecha colaboración entre los ministerios de Lindner y Habeck será crucial dado el compromiso de la coalición con la disciplina fiscal», dice Sievert. «Sin embargo, para financiar las prioridades esbozadas en el proyecto de acuerdo de coalición, aprovechar la flexibilidad disponible en el gasto fiscal probablemente no sea suficiente«, afirma.

El freno de la deuda, que limita el déficit estructural del Gobierno central al 0,35% del PIB al año, permite cierta flexibilidad presupuestaria. El límite de déficit se compara con los superávits estructurales anteriores a la crisis en Alemania desde 2012, que el FMI estima en una media de algo más del 1% en los años anteriores a la pandemia de Covid-19.

Las inversiones del sector público adicionales podrían proceder de cambios en la forma de calcular el límite de la deuda, el uso de vehículos de inversión con objetivos concretos y/o un papel más importante para el Banco de Desarrollo federal, KfW. Las últimas estimaciones fiscales indican también una sólida recaudación del Estado, lo que proporciona a la nueva coalición un margen financiero mayor del que se preveía.  

Sin embargo, con el FDP al frente del Ministerio de Economía, gran parte de la inversión adicional necesaria dependerá de los cambios políticos para crear incentivos destinados al sector privado, sobre todo teniendo en cuenta las prioridades de gasto del SPD y los Verdes: no recortar las pensiones, aumentar el salario mínimo a 12 euros, acelerar el cese de la producción de carbón para 2030 y aumentar la inversión en energías renovables.

Los últimos datos económicos apuntan a la urgencia de las reformas. La economía alemana ha crecido a un ritmo más lento de lo previsto durante el segundo semestre de 2021 debido a las interrupciones en la cadena de suministro y a una nueva oleada de casos de Covid-19. Por ello, hemos rebajado la previsión de crecimiento económico de Alemania en 2021 a alrededor del 2,4%, mientras que esperamos un crecimiento del 4,4% en 2022, antes de una moderación hacia el potencial de crecimiento a medio plazo de alrededor del 1,1%.

«Dado que es probable que la inversión del sector público siga siendo limitada, una reforma política coherente será fundamental para incentivar el crecimiento de las inversiones del sector privado, en particular en el ámbito de la digitalización y el medio ambiente, aunque solo sea para cumplir los objetivos tan ambiciosos del Gobierno en materia de reducción de las emisiones de carbono», afirma Sievert.

La política fiscal que Berlín va a aplicar también tendrá implicaciones a nivel europeo, en medio de las presiones para flexibilizar las normas de la UE en materia de déficit presupuestario y endeudamiento. «Un Ministerio de Economía dirigido por Lindner hará menos probable una reforma radical del Pacto de Estabilidad y Crecimiento», afirma Sievert.