La evolución de las bolsas durante guerras pasadas sugiere que suelen ser capítulos bajistas de corta duración

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Diego Fernández Elices (A&G) | La determinación de Rusia de llegar hasta el final nos lleva a no esperar una solución rápida a una situación compleja que continuará generando volatilidad, en la que la reacción de la OTAN será de gran relevancia.

La evolución de las bolsas durante conflictos militares pasados sugiere que estos suelen ser capítulos bajistas de corta duración y pocos meses después, las bolsas tienden a recuperar con fuerza, siendo mayores las caídas el mes anterior al inicio del conflicto que el primer mes desde su inicio.

Los aspectos económicos y financieros, que serán los relevantes en el medio plazo, importa poco hoy, pero son los que deben marcarnos la dirección. En ese sentido, ni el comercio y las condiciones financieras están bajo un riesgo significativo, siendo la mayor amenaza una posible disrupción en el mercado del gas.

El nivel de pesimismo es fuerte, pero es pronto para hablar de capitulación. No tomaríamos aún indicadores de sentimiento como señales contrarias de pesimismo extremo para añadir riesgo de forma agresiva en carteras, pero sugieren que, en líneas generales, tampoco en buen momento para vender agresivamente activos de riesgo, claudicando en este punto.

Los fundamentales de la economía han mejorado en el último mes de forma significativa y serán soporte para la recuperación cuando se reduzca la tensión en Ucrania.