Mario Montagnani (Vontobel) | La inesperada victoria de Shigeru Ishiba en la carrera por el liderazgo del Partido Liberal Democrático de Japón señala un posible cambio de las políticas «Abenomics». Su apoyo a la normalización de la política monetaria y a la subida de los impuestos de sociedades podría afectar significativamente al panorama financiero japonés. Los inversores están replanteándose las perspectivas de la renta variable japonesa y del carry trade del yen. Están estudiando cómo los cambios en los tipos de interés, el valor de la divisa y las políticas fiscales podrían reconfigurar las estrategias de inversión y la dinámica del mercado en un futuro próximo.
¿Cómo influirán las políticas económicas de Ishiba en la evolución de la renta variable japonesa y en el carry trade del yen durante el próximo año?»
Creemos que la agenda política del primer ministro entrante de Japón, Shigeru Ishiba, puede repercutir de distintas formas en los mercados bursátiles japoneses, así como en el «carry trade» del yen.
Creemos que la importancia que concede a las reformas estructurales -en particular, a la revitalización de las zonas rurales- no se ajusta al enfoque «Abenomics» que favorece el crecimiento y que ha sostenido la cotización de las bolsas japonesas en los últimos años. De hecho, en el pasado Ishiba ya criticó duramente la agresiva relajación monetaria del Banco de Japón. En consecuencia, creemos que los inversores podrían mostrarse más cautos ante este cambio en el panorama político japonés. Esto podría provocar volatilidad, e incluso una posible corrección del mercado a corto plazo, sobre todo si disminuyen las expectativas de un estímulo monetario agresivo. Es importante señalar que el propio Ishiba restó importancia recientemente a las especulaciones sobre esta cuestión. De hecho, durante el fin de semana subrayó que se espera que la política monetaria japonesa siga siendo acomodaticia, lo que en cierto sentido implica la voluntad de mantener bajo el coste de los préstamos para apuntalar un crecimiento económico aún frágil.
Por otro lado, la posibilidad de que Ishiba cambie hacia una política monetaria más normalizada podría contemplar la posibilidad de subidas de tipos, lo que, en nuestra opinión, probablemente fortalecería el yen. Esto podría restar atractivo al «carry trade del yen», una estrategia en la que los inversores toman prestados yenes para invertir en clases de activos de mayor rentabilidad. Un yen más fuerte reduciría la rentabilidad de esta estrategia, y los operadores podrían empezar a deshacerse de las posiciones cortas en yenes. Ya tuvimos una muestra de ello durante el pasado mes de agosto. Por último, un yen más fuerte podría perjudicar a las actividades de exportación a las que Japón está estructuralmente vinculado.
En conclusión, a pesar de las palabras tranquilizadoras de las últimas horas, la llegada del nuevo primer ministro, Shigeru Ishiba, nos hace pensar que el mercado bursátil puede experimentar cierta presión y volatilidad debido -entre otros factores- a las menores expectativas de crecimiento. Además, el yen podría apreciarse, lo que afectaría a las operaciones de carry trade y a estrategias financieras más diversas. La evolución del mercado de renta variable japonés de estos días tiende a respaldar nuestro razonamiento.