Paul Diggle (abrdn) | Esperamos que los tipos de los principales mercados desarrollados caigan por debajo del 3% al final de este ciclo de recortes en 2026.
Seguimos convencidos de que la economía estadounidense experimentará un aterrizaje suave, ya que los riesgos de inflación se han moderado y las bajadas de tipos están en marcha. Sin embargo, nos preocupan cada vez más los riesgos de recesión ante la desaceleración de la actividad, especialmente en el mercado laboral, el gasto de los Esperamos que la Reserva Federal siga recortando los tipos, pero en tramos de 25 puntos básicos, y que el tipo de los fondos federales se reduzca hasta el 2,825% a principios de 2026. El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra se moverán más despacio que la Fed, dada la persistente preocupación por la inflación.
Las previsiones apuntan a que el Banco de Japón seguirá subiendo los tipos, y que probablemente la próxima subida se producirá en diciembre o enero, dada la fuerte dinámica salarial y el deseo del banco central de volver a una postura política más neutral.
El reciente aluvión de medidas de estímulo de China puede quedarse corto a la hora de abordar los retos estructurales de su economía. Sin embargo, no cabe duda de que se trata de un cambio con respecto a su anterior enfoque gradual de apoyo a la política económica. Esto debería apoyar el crecimiento y el sentimiento de riesgo hacia China.
El crecimiento de los mercados emergentes se ha mantenido en un nivel razonablemente bueno, y la inflación está volviendo a los niveles previstos. Consideramos que el ciclo de relajación en los mercados emergentes se ampliará a medida que la Fed siga recortando los tipos, con Brasil como excepción.
Nuestras previsiones económicas mundiales se basan en una victoria de Harris en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses. Sin embargo, consideramos las opciones están al 50/50 debido a los pequeños márgenes de las encuestas y a los errores históricos de los sondeos a favor de los republicanos.
En el Reino Unido, la conferencia del Partido Laborista ha terminado, y el mensaje es que el próximo presupuesto probablemente implique un endurecimiento fiscal, con subidas de impuestos para hacer frente a un déficit sustancial en relación con la regla de la deuda