Por fin, la bolsa europea se comporta mejor que la americana (+10% vs +6% en el 1T21)

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Emilio Ortiz (Mutuactivos) | Tras un 2020 nefasto en muchos aspectos, el 2021 se presenta como el año de la recuperación económica a nivel global. A pesar de la nueva ola de contagios del primer trimestre, la economía sigue mejorando y los mercados descuentan ya la vuelta a la normalidad en los próximos meses.

El creciente éxito en los programas de vacunación, por un lado, y los continuos apoyos monetarios y fiscales, por otro, explican la fuerte mejoría en la confianza de los agentes económicos y, con ella, la recuperación de la actividad y del empleo.

Seguramente, la señal más visible de este cambio de expectativas es el movimiento de los tipos de interés a largo plazo en EE.UU. El “T Note”, el bono del Tesoro americano a 10 años, que cerró el año en niveles del 0,92%, cotiza ya en niveles del 1,74%. Aproximadamente, la mitad de este movimiento se debe a un aumento en los tipos de interés reales, mientras que la otra mitad se explica por mayores expectativas de inflación. Ambos son indicadores de una mayor confianza en la economía.

Este repunte de los tipos de interés está siendo mucho más acentuado en EE.UU. que en Europa, en gran medida por la continuada intervención del BCE, que quiere evitar a toda costa un endurecimiento prematuro de las condiciones financieras. La subida de tipos supone un lastre para la evolución de los activos de renta fija, con un mayor impacto cuanto mayor es la duración del activo. Este factor explica que los principales índices de renta fija acumulen pérdidas del entorno del 3% en el año.

La recuperación económica en un entorno de muy bajos tipos de interés sigue favoreciendo a la renta variable, que se ha revalorizado algo más de un 4% a nivel global durante este primer trimestre, al tiempo que continúa el movimiento de rotación que venimos viendo desde el pasado mes de noviembre. Las empresas con negocios cíclicos, más expuestos a la evolución de la actividad y, en particular, las que más se vieron afectadas por el parón de la economía como consecuencia del Covid, son las que más fuerte han rebotado. Las que tienen negocios más defensivos y de mayor estabilidad, sin embargo, se han quedado atrás, penalizadas por la mencionada rotación sectorial y los tipos de interés más altos.

Por fin, la bolsa europea se está comportando significativamente mejor que la americana (+10% vs +6% en el primer trimestre del año). Esta diferencia tiene su explicación en la diferente composición sectorial (la bolsa europea tiene más sesgo hacia compañías cíclicas) y en la apreciación del dólar, que acumula un 4% frente al euro en el trimestre favorecido por el creciente diferencial de tipos entre ambas áreas geográficas.

A nivel sectorial, cabe destacar la divergencia entre la tecnología y los bancos. Mientras el Nasdaq, el gran motor de la bolsa americana en la última década, ha subido solo un 2,8%, el sector bancario ha experimentado subidas del entorno del 25% a nivel mundial, favorecido por el repunte de tipos, las perspectivas de una mayor laxitud regulatoria y que partíamos de una cierta infraponderación en las carteras de los inversores.

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