Nicholas Yeo (abrdn) | Aunque la debilidad de los mercados de valores chinos a principios de 2022 ha sido importante, recientemente se han recuperado con fuerza, tanto el mercado onshore como en el offshore.
Entre finales de abril y el 22 de julio, el índice de acciones clase A de Shanghai superó al S&P 500 en un 11% y al índice MSCI de mercados emergentes en un 15%. Este repunte se produjo como reacción a los malos resultados de la renta variable china durante buena parte del año pasado, tras el impulso de las políticas de «prosperidad común» que comenzaron en el verano de 2021.
La cuestión clave ahora para los inversores es: ¿es sostenible esta mejoría?
Factores que provocaron la debilidad anterior
El difícil contexto económico ha lastrado la renta variable china desde finales de 2021. La última previsión del consenso es que el crecimiento económico de China se reducirá a la mitad, hasta el 4,2% en 2022, desde el 8,4% de 2021 (1). Esta notable ralentización refleja la actual recesión inmobiliaria del país y la «política de covid cero», que ha obligado a confinar importantes centros comerciales como Shanghái y Shenzhen. Los inversores en renta variable china también han tenido que lidiar con unas condiciones normativas poco favorables, tanto en su país como en el extranjero.
Amainan los vientos en contra
La moderación de algunos obstáculos ha provocado un rally en la renta variable china que ha provocado que el mercado de este país supere a los demás. En cuanto al covid, el enfoque de tolerancia cero de China ha conseguido reducir el número de nuevos casos de forma muy significativa: a 24 de julio, el promedio a 7 días de nuevos casos diarios era inferior a 1.000, lo que supone una pequeña fracción del reciente máximo de mediados de abril de 2022, de casi 30.000 casos. Esto ha permitido relajar algunos controles, incluyendo normas de cuarentena menos estrictas. Como se muestra a continuación, esto se refleja en un repunte de la actividad económica china en los últimos tiempos.
Desde el punto de vista normativo, también ha habido claros indicios de que el nuevo régimen se está relajando, permitiendo una cierta disminución de las presiones. Por ejemplo, a finales de junio, algunas plataformas online populares, como Manbang y Boss Zhipin, anunciaron la reanudación del registro de nuevos usuarios.
Un panorama político muy útil en comparación
Otro factor que ha contribuido a la mejora de los resultados en los últimos tiempos ha sido el contexto monetario y fiscal de China, comparativamente mucho más favorable. A diferencia de casi todos los demás bancos centrales importantes, el Banco Popular de China no ha sentido la necesidad de sumarse a la tendencia mundial de subir bruscamente los tipos de interés oficiales. Por el contrario, desde principios de 2022, ha relajado su política en numerosas ocasiones mediante una combinación de recortes de los tipos de interés y de las reservas obligatorias. Esta postura monetaria tan diferente se ha visto favorecida por una inflación comparativamente muy baja en China, que en junio era de tan solo el 2,5% interanual.
También en el frente fiscal, la política de China es más favorable si se compara con el resto del mundo en la actualidad. Por ejemplo, nuestros economistas creen que el gasto en infraestructura, especialmente, podría recibir un importante impulso gracias a los esfuerzos por adelantar la emisión de bonos de los gobiernos locales.
Las valoraciones no son prohibitivas para un mayor rendimiento
A pesar del reciente repunte, la valoración de la renta variable china sigue siendo más atractiva que la de muchos mercados de renta variable mundiales. Por ejemplo, la relación precio-beneficio (PE) a largo plazo del índice MSCI China, de 11,1, sugiere que la valoración está muy barata en comparación con el índice MSCI US y el índice MSCI All Countries World, cuyo PE a largo plazo es de 16,3 y 14,2 respectivamente (2). Al mismo tiempo, las proyecciones de beneficios a futuro para las empresas chinas parecen más que adecuadas: para 2023, el consenso estima que los ingresos crecerán un 7% y el margen neto un 4,7%, lo que produciría un aumento de los beneficios por acción del 15%, en relación con la base inferior prevista para 2022 (3).
Factores de riesgo
Sin embargo, el optimismo respecto a las perspectivas de la renta variable china debe atenuarse siendo conscientes de algunos factores de riesgo bastante importantes. En primer lugar, aunque las restricciones se han ido suavizando progresivamente en los dos últimos meses, no se ha descartado la política dinámica de covid cero. Esto implica que es posible que se produzcan nuevas restricciones, aunque una diferencia crucial, a nuestro juicio, será que los futuros confinamientos deberán ser mucho más selectivos y adaptables.
En segundo lugar, el importante sector inmobiliario, que según algunas estimaciones, junto con los servicios relacionados, representa alrededor del 25-30% del PIB de China, sigue siendo un obstáculo. Hasta que se complete el desapalancamiento, el sector probablemente seguirá siendo vulnerable a las noticias adversas. Hace poco, por ejemplo, ha surgido la preocupación de que los impagos de hipotecas puedan aumentar debido a que muchos propietarios se han sumado a un boicot de pagos de hipotecas a nivel nacional por las viviendas inacabadas. Sin embargo, dado el potencial riesgo de contagio, esperamos que las autoridades sean muy proactivas a la hora de abordar esta cuestión.
En resumen
En conjunto, creemos que hay suficientes razones para ser relativamente optimistas respecto a las perspectivas de la renta variable china. En particular, la combinación de la flexibilización de las restricciones covid, la relajación de las presiones regulatorias, la política monetaria y fiscal acomodaticia, así como las valoraciones relativamente atractivas, sugieren un margen para mantener este mejor comportamiento de los activos. Sin embargo, el optimismo debe atenuarse con la debida apreciación de los riesgos, especialmente en lo que respecta a la política de covid cero y a las tensiones no resueltas en el sector inmobiliario.
En general, creemos que el entorno actual subraya la necesidad de un enfoque de inversión selectivo que favorezca a las empresas chinas con fundamentales atractivos, baja exposición a los factores de riesgo macro y valoraciones interesantes.