Si un asesor financiero le ofrece invertir en criptos, ni es asesor ni es financiero

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | Mientras continúan apareciendo previsiones sobre la recuperación de las cripto pseudomonedas que debería producirse este año, menos mal que también aparecen análisis de fondo sobre el fenómeno cripto y sus auténticas implicaciones sobre los mercados y, particularmente, sobre el asesoramiento a los inversores. Aunque lo primero que habría que decir es que si –quizás como complemento a una cartera de fondos de inversión y otros activos de verdad– un supuesto asesor financiero le ofrece invertir en criptos, lo más probable es que no sea ni asesor ni financiero, sino otro “experto” en esta calderilla digital que pugna por que el cripto mercado sobreviva a las continuas réplicas de su constante terremoto.

El último análisis serio sobre las cripto se dirige además a los profesionales del mundo de la inversión. Se trata del estudio publicado por la más prestigiosa entidad mundial de formación financiera, CFA (Chartered Financial Analyst). Es la misma entidad que otorga, a quien supera sus durísimos exámenes, la famosa acreditación CFA. Quienes logran esta titulación entran en la élite de los mejores analistas financieros internacionales. Los profesionales que superan las durísimas pruebas siempre suelen firmar como CFA e incluso anteponen esta prestigiosa sigla al cargo que muestran en sus tarjetas de presentación. Es decir, que le dan más importancia a tan alta cualificación que a la responsabilidad que ostenten en su propia entidad financiera, por muy elevado que sea su rango en ella.

El CFA Institute (que, por cierto, colabora en todas las ediciones de nuestra revista GESTORES, concretamente en sus páginas de formación) acaba de publicar un estudio sumamente recomendable sobre las cripto. Porque además se dirige a los analistas e inversores profesionales, por si todavía queda alguno que se deje tentar por las cripto burbujas y confunda la mera especulación con el enfoque absolutamente profesional que requiere operar en los mercados de inversión.

En este estudio de CFA –titulado “Criptoactivos: más allá de la moda. Una perspectiva de la gestión de inversiones sobre el desarrollo de las finanzas digitales” – se dan seis recomendaciones básicas sobre los criptoactivos a los profesionales de la inversión. Podrían sintetizarse así:

1) La moda y la especulación no es una base sólida para invertir (ya sabemos que este principio es aplicable no sólo a las cripto).

2) Hay que construir las carteras de inversión aplicando los programas básicos de siempre (los mismos que enseña en profundidad la propia CFA).

3) Es imprescindible analizar cada valor y lo que aporta a cada cartera (y parece obvio que las cripto sólo aportan riesgo y adrenalina, por lo que no sorprende que cada vez más expertos e incluso responsables de instituciones financieras internacionales afirmen que su regulación debería ser similar a la de los casinos y las apuestas).

4) El valor intrínseco de cada activo de inversión debe estar absolutamente claro (desde luego es difícil determinar cuál es el valor verdadero e intrínseco de las cripto, que obviamente solo “valen” para jugarse en ellas el dinero de verdad, el que sí tiene valor real de mercado).

5) No se debe perder de vista al cliente. Es decir, cualquier profesional debe pensar en la necesidad de valorar cómo consigue la confianza de los inversores y además la mantiene a salvo de sobresaltos e incluso pese a los sobresaltos. Y no parece que asesorar a un inversor que apueste por criptos sea el mejor modo de conservar su confianza, que se esfumará tan rápido como su dinero en cuanto cualquier susto vacíe de valor su monedero digital.

6) Y, finalmente, la sexta y última recomendación sea quizás la más importante: los profesionales del mercado financieros deben tener absolutamente clara la cadena de custodia y la seguridad de los activos de los clientes/inversores, y exigir a cualquier activo digital (y se refiere no sólo a las cripto, sino también a cualquier otro de los llamados “tokens”) el mismo estándar de calidad y rigor que aplican a todos los demás activos. Y ya hemos visto lo que pasa con los cripto mercadillos –pomposamente llamados “exchanges” y gestionados siempre desde poco transparentes paraísos fiscales– y con las plataformas diversas que se dedican al cripto negocio (básicamente para ellos mismos hasta que quiebran por pasarse de listos).

Poco más que añadir. Si alguien vuelve a ofrecerle alegremente invertir en criptomonedas, desde luego es poco probable (por no decir imposible) que cuente con la cualificación CFA. Es más, es menos probable aún que esté pensando en las necesidades de usted, como inversor, a corto, medio y largo plazo, en la seguridad del activo que le ofrece (ya hemos visto la oleada de globos pinchados durante los últimos meses en el meta universo cripto) y en la conveniencia para incluirlo como uno más en su cartera. Sólo le está ofreciendo subirse a la pirámide y quizás ni siquiera le avise a tiempo para que usted se baje antes de que vuelva a derrumbarse. Pero él, mientras tanto, alimentará su propio negocio y su flujo de comisiones que, por cierto, no son nada baratas, máxime si se comparan con los riesgos que, a cambio, afronta el desprevenido cliente.