Una gestión incorrecta del techo de deuda de EEUU podría ralentizar a la UE por un retraso o un breve impago

François Raynaud

François Raynaud (Edmond de Rothschild AM) | ¿Qué riesgos implica para la economía global que Estados Unidos no pueda elevar el techo de deuda nacional? ¿Es esto probable? ¿Por qué?

Si Estados Unidos es incapaz de recaudarlo, eso implicará en primer lugar que el Tesoro recurra a medidas extraordinarias de limitación del gasto. El riesgo real está vinculado a la incapacidad de encontrar un compromiso entre republicanos y demócratas, lo que podría implicar un impago breve o prolongado. Aunque se trata de un riesgo remoto que nunca ha tenido lugar, el riesgo es potencialmente mayor hoy en día debido al clima político actual en Estados Unidos. Las estimaciones de los efectos económicos de la Casa Blanca en el tercer trimestre de 2023 oscilan entre el -0,3% y el -6,1% de crecimiento anualizado del PIB real estadounidense. Teniendo en cuenta que EE.UU. representa el 15% del PIB mundial, el impacto podría ascender hasta el -0,9% en el escenario más grave, aunque el más improbable

¿Qué consecuencias podría tener para la UE una gestión incorrecta de esta situación?

La UE podría verse indirectamente afectada por una ralentización debida a un retraso o a un breve impago, pero con un impacto limitado. En un escenario grave, las consecuencias debidas a la crisis de confianza vinculada a un impago deberían ser mucho más impactantes y podrían acelerar el timing o empeorar la fuerza de una desaceleración.

A grandes rasgos, ¿Cual es la principal diferencia entre la forma en que EEUU gestiona la deuda y la forma en la que los países de la UE lo hacen? ¿Existe algo como el «debt ceiling» de EE UU en la Unión Europea?

En la Unión Europea, la gestión de la deuda es distinta de la del techo de deuda estadounidense. Existe un proceso en el que la UE revisa el presupuesto provisional de cada país para evaluar el respeto de los límites de deuda europeos y, sobre todo, la capacidad potencial de volver a ajustarse a las directrices, ya que la mayoría de los países no las respetan hoy en día. La negativa de un país a modificar su presupuesto para cumplir las normas podría implicar sanciones monetarias, que nunca se han activado en la práctica a pesar de los numerosos incumplimientos.