Bankinter | El Gobierno de Estados Unidos podría retirar la autorización para construir y operar los parques eólicos marinos de New England Wind 1 y 2, ubicados en las costas de Massachusetts, lo que amenazaría la continuidad de los proyectos en los que participa Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola. En conjunto, podrían sumar inversiones de 8.000 M$ (6.860M€). Según la Casa Blanca, dicha medida se enmarca en la necesidad de “garantizar que Estados Unidos pueda mantener una industria pesquera sólida para las generaciones futuras y proporcionar energía de bajo coste a sus ciudadanos”.
Opinión del equipo de análisis: Malas noticias para Iberdrola, al suponer un varapalo para una de las principales vías de crecimiento del grupo: eólica marina en EE.UU. La parte positiva es que, afortunadamente para Iberdrola, New England es un proyecto que está en una fase totalmente inicial y no tiene invertidos, de momento, una cantidad importante de fondos. New England 1 fue adjudicado en septiembre del pasado año con una capacidad de 791 MW y supondría una inversión de 3.000 M$. El plan era comenzar a construir en 2025 y alcanzar la plena operación comercial en 2029. New England 2, es más ambicioso, y supondría alcanzar hasta 1.080 MW de capacidad. En EEUU Iberdrola tiene además el parque eólico marino Vineyard Wind 1 con 80 6MW ya en construcción, Kitty Hawks con 2.400 MW en fase previa de desarrollo, y Gulf of Maine, también en desarrollo, con 3.000 MW. Todos estos proyectos están en la costa este del país. Iberdrola presentará su nueva hoja de ruta para los próximos tres años el próximo 24 de septiembre en el Día del Inversor (Capital Markets Day). EEUU es uno de sus principales focos estratégicos del grupo en el exterior, junto con el Reino Unido. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, incluso llegó a presentar al gabinete de Donald Trump planes de inversión en EEUU de 18.000 M$. Los dos grandes objetivos de Iberdrola en EEUU son el desarrollo de redes eléctricas y la eólica marina. Ahora, está por ver hasta qué punto es capaz de alcanzar su meta en eólica marina. Esta tecnología ha pasado en pocos meses de ser muy favorecida con incentivos fiscales por parte de la Administración Biden a ser muy controvertida y obstaculizada bajo la Administración Trump. Trump considera la eólica marina como una fuente de energía “fea, cara y poco fiable”. El más afectado hasta ahora por la nueva política energética estadounidense es Ørsted y sus proyectos al sur de Rhode Island (80% completado y recientemente paralizado). En abril el secretario del Interior congeló el proyecto Empire Wind de la noruega Equinor, (5.000M$) frente a la costa de Long Island. El bloqueo a Equinor se levantó tras alcanzarse un acuerdo entre la Casa Blanca y la gobernadora del estado, para permitir un nuevo gasoducto. Habrá que esperar y ver qué pasa finalmente con los proyectos de Iberdrola en EEUU y su enfoque en su próximo Día del Inversor (24 sept.).



