La posición del nuevo gobierno aleman, posiblemente socialista, sobre el nuevo Pacto de Estabilidad de la UE, será fundamental

Link Securities | Un grupo de ministros de finanzas de la Unión Europea (UE) de la considerada “línea dura” se está preparando para adoptar una posición dura en las conversaciones sobre los cambios posteriores a la pandemia en las reglas presupuestarias de la UE, insistiendo en que cualquier reforma no debe amenazar la sostenibilidad fiscal o diluir los objetivos de reducción de la deuda. Según el FT, citando un documento respaldado por ministros de finanzas de ocho países, incluidos Austria, los Países Bajos, Dinamarca y la República Checa, en el que se muestra su voluntad de discutir «mejoras» al Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. Sin embargo, FT señala que en el mismo se advierte que los estados miembros deben volver a comprometerse con unas «finanzas públicas saneadas» y recortar la deuda pública, la cual se ha incrementado mucho como consecuencia de la pandemia. En una clara señal a la Comisión Europea (CE), que está lista para reabrir una consulta sobre las reglas, los ocho ministros dijeron que «la calidad es más importante que la rapidez» cuando se trata de cualquier cambio. Entre los firmantes del documento se encuentran algunos de los estados más conservadores desde el punto de vista fiscal de la UE.

Valoración: a esta posición más conservadora desde el punto fiscal de este grupo de países, muchos de los cuales habían “hecho sus deberes” antes de la crisis, se enfrentarán sin duda los países del sur de Europa, especialmente las grandes economías como Francia, Italia y España, cuya debilidad fiscal es patente y cuyos gobiernos no parecen dispuestos a hacer “sacrificios” por el elevado coste político que ello conllevaría. Está por ver en qué lado se sitúa el nuevo gobierno alemán que, probablemente esté liderado por un socialista. La posición de Alemania entendemos que será fundamental de cara a diseñar el nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. No obstante, la realidad es que, sin el apoyo del BCE, las economías del sur de Europa estarían atravesando en estos momentos por graves problemas para financiar sus déficits con más deuda, tal y como lo están haciendo, algo que entendemos es insostenible a medio/largo plazo.