Alemania no levanta cabeza

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Intermoney | La producción industrial teutona cayó un 1,6% de noviembre a diciembre, a un ritmo mucho más acelerado que el -0,5% m. esperado y que llevaba a la lectura frente al año pasado a situarse en un -3%. Aunque buena parte tenía que ver con que la producción de los sectores intensivos en energía cayera casi un 6% este messalvo en automoción que era lo más positivo del informe (+4,0% m.), la caída era generalizada en todos los sectores industriales con descensos especialmente fuertes en la importante industria química, con una caída de la producción del -7,6% en el mes, y en la construcción, con un descenso del -3,4%. Frente a niveles prepandémicos, la producción fabril es un 10% inferior y esto explica en buena medida el frenado de la locomotora europea durante este año y la débil situación desde la que encara el presente curso. Por ejemplo, con la caída de la actividad en el sector químico, la producción en esa industria se encuentra en el nivel más bajo de las últimas tres décadas.

Es cierto que los datos de pedidos industriales de ayer -influidos por varios factores puntuales-, así como el giro gradual del ciclo de inventarios, enviaron una señal alentadora de que al menos la parte cíclica de la debilidad industrial alemana está tocando fondo. Pero no es menos cierto que a corto plazo la actividad fabril va a seguir lastrada por otros factores, primero porque los factores que motivaban el aumento de los pedidos no creemos que sean suficientes para aumentar la actividad en las fábricas en el corto plazo y segundo por las huelgas con las que empieza el año en diversos sectores como el transporte ferroviario. Pero es que además las interrupciones de la cadena de suministro como consecuencia del conflicto militar en el Mar Rojo pueden ser otro motivo más de presión a la baja para el sector secundario alemán.

Precisamente, la propia Schnabel citaba estas presiones en el Mar Rojo ya que han provocado temores de renovadas interrupciones en la cadena de suministro, que junto con una inflación de servicios aún en niveles altos, un mercado laboral resistente, así como el aflojamiento de las condiciones financieras, lo cita como una advertencia contra ajustar la política demasiado pronto. Entre otras cosas, la alemana busca enfriar el mercado y es lógico teniendo en cuenta que los mercados están apostando a un primer recorte tan pronto como abril, algo que no entra en la mente de los funcionarios, menos aún de la alemana más proclive al ala hawkish del Comité, y que alertaba de que los datos recientes “no disipan mis preocupaciones de que el último tramo pueda ser el más difícil”. Es cierto que desde alcanzar el 2,9%, la inflación en la zona euro ha permanecido ampliamente estable pero la desaceleración en el proceso desinflacionario que es típico para el último tramo debe mantenernos cautos, pero las apuestas de los mercados parecen ignorar este hecho, así como la conexión con la dinámica de los salarios, la productividad y los beneficios.