El IPC invita al continuismo de la Fed

FED_julio_2023

Intermoney | Como preludio de la reunión de la Reserva Federal, los datos de IPC de noviembre en Estados Unidos apoyan la idea del continuismo que muy probablemente adopte el banco norteamericanoNo se desviaban de las estimaciones y mes a mes los precios crecían en una nimia décima (+0,1% m.), dejando la lectura interanual en el 3,1% mientras que el IPC subyacente se mantenía sin cambios, como era de esperar, en el 4,0% a. La estabilidad de los precios es clave para respaldar la hoja de ruta de la Reserva Federal ya que se trata de un dato de su agrado y cuya evolución podemos enmarcarla en lo que la entidad entiende como “un aterrizaje suave”.

Comenzando por el dato general, los precios de energéticos eran el principal contribuidor a la baja ya que profundizaban su contracción (-6,0% m. y -8,9% a.). Aunque esta vez iba en dirección contraria los precios de las utilities, donde la electricidad (+1,4% m. vs 0,3% m. anterior) y gas natural (2,8% m. vs 1,2% m.) se encarecían como consecuencia del enfriamiento de las temperaturas. La partida de alimentos, por su parte, proseguía su paulatina normalización al incrementarse un +0,2% m. y +2,9% a., en este caso cuatro décimas por debajo de la anterior lectura, en parte por la pérdida de fuelle en los precios de la carne, el pollo y los huevos (-0,2% m.). Tras los incrementos derivados del retraso en el efecto traslación de los precios de la energía durante los meses de verano, parece verse ya una moderación, aunque no dejamos de estar ante partidas de alta volatilidad.

El acento estaba en la lectura de los precios subyacentes donde se veía levemente un mayor ritmo de expansión en el mes a mes (+0,3%) pero sin cambios en el interanual (+4,0%). Aquí la clave era el consabido aguante de los precios de la vivienda en términos mensual (+0,4% m.) de la mano de la renta equivalente del propietario (+0,5% m.), aunque los alquileres se mantenían sin cambios (+0,5% m.), encadenando varias lecturas creciendo al mismo ritmo. Sin embargo, en términos interanuales si se apreciaba una evolución descendente en ambas partidas (de +6,7% a +6,5% y de +6,8% a +6,7%). La evolución descendente de los precios residenciales es un trabajo arduo y desde IM reconocemos que esperábamos quizás una tendencia bajista más marcada, pero también hay que recordar que la tendencia es acorde con un escenario en el que se imprimiría poco daño a la economía real.

Aun así, no hay dudas de la solidez de la inflación que, excluyendo las componentes volátiles y la partida de precios de la vivienda, incluso subía una décima (+2,1% a.). Esto era motivado por los precios de los bienes básicos, que caían menos de lo que se preveía como consecuencia del inesperado repunte en los precios de vehículos de segunda mano (+1,6% m. frente -0,8% m. anterior). Con el sector de la automoción no hay que sacar conclusiones rápidas ya que sus últimas lecturas han estado influenciadas por las huelgas y la recomposición de los inventarios. Es más, tras el fin de la huelga de los trabajadores del sector automovilístico, los precios de los coches nuevos bajaron un 0,1% tras una caída del mismo tamaño en octubre.

En definitiva, este informe no alterará el discurso del FOMC. Los precios al consumo se ajustaron a las previsiones en casi todos los ámbitos. Es probable que se refuerce el mensaje de que mantendrán los tipos elevados el tiempo que sea necesario para contener la inflación. La reacción en el mercado de deuda tampoco era muy significativa con los rendimientos de los bonos del Tesoro moderando, concretamente el T-Note a 10 años situándose en 4,20%.