El plan fijado por China para el sector inmobiliario, junto con los incentivos de financiación de los últimos meses, aportarían más de 142 Bn $ a la industria

Intermoney | La semana empezaba con pocas referencias macro, si bien, lo más destacado en el inicio provenía de China. Ante la frágil situación que atraviesa el sector inmobiliario del país desde hace ya una temporada, las autoridades han decidido establecer nuevas medidas de cara a intentar darle apoyo. Entre las medidas de un plan de 16 puntos establecido por el gobierno destaca la ampliación de los plazos de amortización, más incentivos a facilitar el crédito a promotores inmobiliarios y la reducción en las cuotas iniciales de las hipotecas.

La moderación en las restricciones de los préstamos bancarios a los promotores tiene el objetivo también de resolver las tensiones de liquidez a las que se enfrentan estos. Se estima que, junto con los incentivos de financiación de los últimos meses, estas nuevas medidas podrían aportar más de 142 mm $ al sector inmobiliario. Ya la semana pasada China anunciaba un programa especial de ayuda para la emisión de bonos de 35 mm $ destinado a empresas privadas en las que se incluían las de real estate.

La reacción el lunes en los mercados ha sido positiva, con el índice Hang Seng de empresas inmobiliarias llegando a aumentar en más de un 16%. Casi a la par se anunciaba un nuevo plan por la Comisión de Salud china para reducir las estrictas medidas de la política de “covid cero” seguida por las autoridades este año. La nueva línea de actuación intenta reducir el impacto económico derivada de la mano dura y los confinamientos impuestos por las autoridades.

Entre estas medidas se encuentra la reducción de los requerimientos de cuarentena para los viajeros internacionales y para los contactos estrechos con contagiados. Se produce esto justo cuando el repunte de los contagios, que el lunes alcanzaba los 16.000, es el más alto desde abril y Guangzhou, una de las ciudades más importantes del país, y capital de la región manufacturera de Guangdong, se encontraba cerca de un confinamiento a gran escala mientras se hacían grandes cribados.

En la práctica, intentar no generar desajustes con políticas monetarias y fiscales generosas y llevar a cabo fuertes cierres para evitar los contagios no son compatibles con lograr un crecimiento lógico, aunque lo que si demuestra en la línea roja que por el momento mantiene Pekín en torno al COVID-19.

No obstante, la política de covid cero en torno a los viajeros internacionales era relajada muy levemente el viernes: reduciendo la exigencia un única prueba previa a la entrada en China en vez de dos, la reducción de la cuarentena obligatoria de siete días a cinco días junto a tres días de aislamiento en su dirección permanente en China, y de ocho días en un hotel si no se dispone de la misma. La relajación en la medidas es muy exigua, aunque los mercados reaccionaban de manera positiva con crecimientos del 7% en el Hang Seng y del 2,5% en el CSI 300 en la sesión del viernes.