El temor de los inversores a que la política ‘Covid-cero’ de China provoque una gran ralentización del crecimiento penaliza los mercados

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Las bolsas europeas y estadounidenses afrontan una nueva semana con varios importantes frentes abiertos, que entendemos pueden condicionar, para mal, su comportamiento. Así, desde China llegan noticias sobre la intención de las autoridades de prolongar e, incluso, reforzar las medidas restrictivas que siguen aplicando para combatir la nueva ola de la pandemia que afecta a muchas regiones y a una parte importante de las grandes ciudades del país, incluida Shanghái. El Gobierno comunista de China sigue apostando por su estrategia de “Covid-cero” para intentar controlar la expansión de la variante Ómicron del Covid-19, estrategia que a todas luces no está funcionando y que, por el contrario, puede ocasionar un importante quebranto económico para el país. De hecho, se ha publicado que el PIB de Shanghái creció en el 1T2022 muy por debajo del de China en su conjunto (3,1% vs. 4,8%), lo que demuestra el impacto que en poco más de un mes desde que se iniciaron los confinamientos masivos han tenido estas medidas en el crecimiento económico de una de las ciudades más prósperas del país. De hecho, las noticias sobre nuevas restricciones están pasando una dura factura esta madrugada en Asia a los precios de muchas materias primas tales como el mineral de hierro, el carbón o el petróleo, con los inversores descontando una fuerte caída de la demanda de estos productos como consecuencia de las mencionadas medidas. Ya el pasado viernes muchos valores relacionados con estos productos fueron castigados en las bolsas occidentales y esperamos que, al menos en el corto plazo, lo continúen siendo. 

Además, los inversores estarán muy pendientes de lo que la semana que viene puedan decidir hacer tanto el Banco de Inglaterra (BoE) como la Reserva Federal (Fed), cuyos comités de política monetaria se reúnen a lo largo de la misma. En principio esta semana no habrá declaraciones de sus miembros, al entrar en lo que se conoce como un periodo de Blackout, un periodo que suele comprender la semana anterior a la reunión de los comités y durante el cual sus miembros no hacen declaraciones sobre política monetaria. Ello no impedirá que en los mercados los inversores continúen haciendo sus “apuestas”. En principio, y en ambos casos, se espera que los bancos centrales opten por incrementar sus tasas de interés de referencia a corto plazo ya que tanto en el Reino Unido como en EEUU los mercados laborales están muy tensionados, muy cercanos al pleno empleo, lo que suele tener connotaciones inflacionistas -las empresas se ven obligadas a subir los salarios para poder cubrir sus vacantes o retener a sus empleados y, normalmente, optan por incrementar los precios de sus productos y servicios para defender sus márgenes-. Además, en ambos países la inflación se mantiene a sus niveles más elevados en décadas. Estas expectativas de subidas de los tipos de interés oficiales han provocado fuertes descensos en los precios de los bonos e importantes repuntes de sus rendimientos, con el del bono del Tesoro estadounidense con vencimiento a 10 años “coqueteando” el pasado viernes con el nivel del 3%. De seguir subiendo estos rendimientos pueden provocar nuevos descensos en la renta variable, al convertirse los bonos en una alternativa relativamente atractiva de inversión a las acciones, algo que no han sido en los últimos años. 

Pero, además, los inversores deberán seguir muy atentos a los acontecimientos geopolíticos. Si bien la victoria ayer en las elecciones francesas del candidato del establishment europeo, Macron, debe servir para tranquilizar algo los ánimos, el devenir de la guerra de Ucrania sigue planteando muchos interrogantes, sobre todo por las presiones que sigue soportando el gobierno de Alemania para que dé luz verde al embargo del gas y del petróleo ruso, algo a lo que se niegan los socialdemócratas, principal partido de la coalición que gobierna en el país, por el potencial impacto negativo que ello tendría en el crecimiento económico del país y, probablemente, de toda Europa, al no haber actualmente alternativas a la producción rusa. 

Por lo demás, comentar que los inversores afrontan esta semana una importante batería de resultados empresariales. Así, la temporada de publicación de cifras trimestrales alcanza velocidad de crucero en Wall Street, mercado en el que un tercio de las empresas del S&P 500 y casi la mitad de los integrantes del Dow Jones darán a conocer sus resultados correspondientes al pasado trimestre. Entre las empresas que publican destacan varios gigantes tecnológicos como Apple, Amazon, Microsoft, Meta y Alphabet. Mientras, en las distintas plazas bursátiles europeas la temporada empieza a coger ritmo, destacando en ellas la publicación de los resultados trimestrales de compañías de la relevancia de AstraZeneca, Unilever, Novartis, UBS Group, Sanofi, TotalEnergies, Mercedes-Benz o Nokia. En la bolsa española publicarán, además de los tres grandes bancos: Santander (martes) y BBVA y CaixaBank (viernes), otros componentes del Ibex 35 como Enagás (martes); AENA, Iberdrola (IBE) e Indra (miércoles); y CIE Automotive (CIE), Repsol (REP) y Mapfre (MAP), el jueves. Como venimos señalando reiteradamente, tan importante o más que las cifras por sí mismas será lo que digan los gestores de las compañías sobre el devenir de sus negocios, algo a lo que los inversores se están mostrando muy sensibles, lo que se refleja en el comportamiento de las compañías en bolsa tras presentar sus cifras. 

Por último, y en el ámbito macroeconómico, decir que la semana presenta una agenda interesante, en la que destaca la publicación hoy en Alemania de los índices IFO de clima empresarial correspondientes al mes de abril, que se espera hayan seguido deteriorándose, así como de la del índice de confianza de los consumidores estadounidenses del mismo mes (mañana) o de la lectura preliminar de mayo del mismo índice, pero de Alemania (miércoles). Además, en los últimos días de la semana se publicarán en Estados Unidos y en las principales economías de la Eurozona las lecturas preliminares de los PIB del 1T2022. Por último, y en algunas de las principales economías de la Eurozona, también se darán a conocer las lecturas preliminares de abril de los IPCs, lecturas que servirán para que los inversores puedan comprobar si la hipótesis de que la inflación podría haber alcanzado su pico del ciclo en marzo se confirma o no. 

Hoy, para empezar, esperamos que las bolsas europeas abran claramente a la baja, con los valores ligados a las materias primas minerales y energéticas liderando las caídas, en línea con lo ocurrido esta madrugada en Asia. Detrás de este negativo comportamiento está el temor de los inversores a que la política de “Covid-cero” del Gobierno chino provoque una fuerte ralentización del crecimiento económico del país, algo que podría extenderse al resto de la economía mundial.