Bankinter | La evolución de las bolsas en el mes de agosto ha sido positiva tanto en Europa como en EEUU, pese a las dudas que generaban todos los frentes abiertos (aranceles, incertidumbre geoestratégica). A partir de ahora, creemos que los inversores empezarán ya a mirar hacia un 2026 donde esperamos un entorno positivo para bolsas apoyado en los siguientes aspectos: (i) los crecimientos esperados de BPAs, (ii) las políticas monetarias de los bb.cc., (iii) el menor riesgo geoestratégico y (iv) el soporte que proporcionan los balances de los bancos centrales.
(i) Crecimientos esperados de BPAs: La temporada de resultados empresariales en EEUU del 2T25 ha sido de nuevo muy positiva con cifras claramente por encima de lo esperado (+12,9% vs +5,9% esperado), siendo éste es el tercer trimestre consecutivo en el que se produce esta situación: +13,6% vs +6,7% en 1T25 y +14,3% vs +7,5% en 4T24. De cara al año 2026 el consenso de mercado apunta a crecimientos de doble dígito (en los entornos de
+13%). Todo esto da muestra de la fortaleza de la economía americana a pesar de los aranceles y las tensiones geopolíticas.
(ii) Políticas monetarias: El entorno de tipos de interés parece cada vez más pro-bolsas. El mercado descuenta ya con una elevada probabilidad una bajada de tipos de la Fed en la próxima reunión de septiembre y, aunque es difícil precisar su evolución en 2026, una vez que Powell haya agotado su actual mandato en mayo, Trump apoyará un nuevo responsable más afín a rebajas de tipos de interés para estimular la economía. En el caso del BCE, también
esperamos un movimiento de rebaja de tipos adicional de cara a final del año 2025.
(iii) Riesgo geoestratégico: Creemos que la prima de riesgo por incertidumbre geoestratégica se irá moderando a medida que se vaya disipando la tensión arancelaria (con el cierre de los acuerdos comerciales) y se produzca una desescalada en la tensión bélica tanto en Ucrania como en Oriente Próximo.
(iv) Liquidez de los bancos centrales: Los principales bancos centrales siguen presentando balances muy sobredimensionados lo cual, gracias a la liquidez que proporcionan, supone un importante soporte a los mercados en momentos de incertidumbre (y apoya al alza los precios de los activos en fases de mercado alcista). Según los últimos datos disponibles, la Fed acumula en su balance un 17% de la deuda pública de EE.UU., el BoE un 26%, el BCE un
30%, y el BoJ un 46%.