Los inversores asumen que esta nueva ola no tendrá un impacto tan negativo en las economías occidentales como se esperaba en un principio

Wall Street

J.J, Fdez- Figares (Link Securities) | Tal y como esperábamos que podía suceder, los principales índices bursátiles de la Europa continental abrieron la sesión de ayer con ligeros descensos, descensos que mantuvieron durante toda la jornada, para cerrar el día en negativo. De esta tendencia generalizada se desmarcó el FTSE 100 británico, que cerró la sesión al alza, “poniéndose de esta forma al día” con el resto de índices europeos, tras haber estado la bolsa londinense cerrada las dos primeras sesiones de la semana por ser festivo en el Reino Unido. A pesar de que ayer sí estuvo operativa esta bolsa, los volúmenes de contratación en las principales plazas bursátiles europeas fueron muy reducidos, algo que suele ser normal en la última semana del ejercicio. 

Durante la sesión de ayer quizás lo más llamativo fue la debilidad mostrada por los bonos soberanos de la Eurozona, hecho que provocó un repunte generalizado de sus rentabilidades y que tuvo como principales “damnificados” a los valores catalogados como de crecimiento, concretamente los del sector de la tecnología, que suelen comportarse mal cuando repuntan los tipos de interés a largo plazo, ya que ello penaliza sus valoraciones. Entendemos que la debilidad de los bonos en un momento en el que en muchos países de la Eurozona se están batiendo récords de “positivos” por Covid-19 implica que los inversores dan por hecho que esta nueva ola no va a tener un impacto tan negativo en la marcha de las economías de la región como se esperaba en un principio. La divergencia que está mostrando el fuerte incremento de los contagios con relación al aumento de las hospitalizaciones y muertes por Covid-19 parece que confirma la mayor benignidad de la variante Ómicron con relación a variantes precedentes, así como el efecto positivo de las vacunas, que se muestran eficientes limitando los casos graves de la enfermedad. Todo ello está llevando a los inversores “a mirar más allá” de la actual ola de la pandemia y a empezar a descontar un repunte del crecimiento económico durante los primeros meses de 2022. La principal conclusión de los mercados parece ser que el Covid-19 ha venido para quedarse y que se convertirá en una enfermedad endémica con la que habrá que convivir, tal y como se hace con la gripe o con los otros coronavirus que afectan al ser humano. 

En Wall Street la sesión de ayer fue más positiva, lo que permitió tanto al S&P 500 como al Dow Jones cerrar marcando nuevos máximos históricos; el septuagésimo en lo que va de ejercicio para el primero y el cuadragésimo quinto para el segundo. El Nasdaq Composite, por su parte, cerró la jornada ligeramente a la baja, en una jornada igualmente de muy escaso volumen de contratación. En Wall Street ayer fueron los sectores/valores de corte defensivo los que mejor se comportaron durante la sesión, con las inmobiliarias patrimonialistas, los valores del sector de la sanidad y las utilidades liderando las alzas. En sentido contrario, los valores del sector de la energía fueron los que peor lo hicieron y ello a pesar del giro al alza que dio el precio del petróleo durante la sesión, tras conocerse que las reservas de petróleo estadounidenses habían caído más de lo esperado la semana precedente. 

Hoy, la última sesión del año en mercados como el español, el alemán o el italiano, entre otros -mañana las bolsas integradas en el Euronext abren media sesión y Londres y Wall Street están abiertas todo el día-, esperamos una apertura sin tendencia clara en las bolsas europeas, en un ambiente de muy escasa actividad. La agenda macro del día, además, se presenta muy ligera, destacando únicamente la publicación en EEUU esta tarde de la cifra de nuevas peticiones de subsidios de desempleo correspondiente a la semana anterior, cifra que es una buena aproximación del comportamiento del desempleo semanal en el país, y del índice que mide la evolución mensual de la actividad privada en los sectores de las manufacturas y los servicios en la región de Chicago, el conocido como PMI de Chicago. En principio ninguno de estos indicadores creemos que será capaz por sí mismo de mover hoy los mercados