J.P. Morgan | Las tires de los bonos han sido una montaña rusa en las últimas semanas, y las de los bonos del Tesoro a 10 años alcanzaron el 5% por primera vez desde 2007. Si bien esta volatilidad puede tener ecos de 2022, existen diferencias importantes en los factores detrás de los movimientos de este año.
Si bien las ventas de 2022 fueron impulsadas por los temores inflacionarios, la última subida probablemente sea el resultado de unos datos económicos estadounidenses mejores de lo esperado que obligaron a los mercados a volver a evaluar el nivel de tipos necesario para enfriar la actividad.
En nuestra opinión, es probable que las grietas en las perspectivas de crecimiento estén más claras en los próximos meses, lo que podría aportar una mayor estabilidad al mercado de renta fija. Si esta desaceleración económica se materializa, creemos que los bonos actuarán como un diversificador útil en las carteras para protegerse contra los riesgos de recesión deflacionaria.