Marco Troiano ( Scope Ratings) | Prevemos un escenario base equilibrado para los bancos europeos de cara a 2026. La rentabilidad es resistente, la calidad de los activos y las reservas de capital son sólidas. Hemos revisado al alza nuestras previsiones de rentabilidad para 2026 y 2027. Sin embargo, varios factores de riesgo podrían poner a prueba las perspectivas.
La normalización de los márgenes de interés netos se está desacelerando y esperamos que los beneficios se vean respaldados por la recuperación del crecimiento de los préstamos, la fuerte expansión de los ingresos por comisiones, la disminución de la inflación de los costes y las modestas pérdidas crediticias. Prevemos un repunte moderado de las tasas de impago, pero esto no afectará de manera significativa a la calidad crediticia. El margen de capital amortiguará las caídas.
Nuestras perspectivas de calificación son en gran medida estables, lo que refleja nuestra expectativa de que los bancos están bien posicionados para capear el deterioro previsto del ciclo crediticio. Entre los factores positivos para nuestras calificaciones bancarias se encuentran el aumento de los tipos de interés durante más tiempo y las perspectivas de un crecimiento económico más fuerte. La historia de las fusiones y adquisiciones bancarias se prolongará hasta 2026. Las fusiones y adquisiciones bien ejecutadas también pueden ser un acelerador del rendimiento, ya que refuerzan la escala, la posición en el mercado y la diversificación.
Pero existen riesgos para nuestras calificaciones. Una guerra comercial y las repercusiones geopolíticas podrían frenar el rendimiento económico y provocar correcciones en los precios de los activos. La inestabilidad política, por su parte, podría frenar los préstamos y elevar los costes de financiación mayorista.
No obstante, creemos que los bancos europeos seguirán siendo muy rentables, con una rentabilidad sobre el capital (RoE) media de dos dígitos. Los bancos de Europa continental, en particular los alemanes y franceses, convergerán gradualmente hacia la media de la UE.

La rentabilidad se verá respaldada por varios factores:
- Una estabilización de los márgenes de interés netos en un nivel elevado.
- Una recuperación del crecimiento de los préstamos, aunque con diferencias regionales.
- Un aumento de los ingresos por comisiones y honorarios.
- Una ralentización de los costes. Según nuestro escenario base, la ratio media de costes/ingresos se mantendrá por debajo del 53 %.
- Una mejora del coste del riesgo (aunque esperamos un repunte moderado a partir del segundo semestre de 2026).
Los bancos mantendrán cómodos colchones en sus cuentas de resultados para cubrir las pérdidas crediticias. Las provisiones crediticias siguen siendo bajas en toda Europa. Nos preocupa menos el deterioro del crédito en la zona del euro. Nuestra previsión de base sigue siendo un deterioro moderado, dada la incertidumbre de las perspectivas económicas, aunque el rendimiento de los préstamos se ha mantenido resistente y las expectativas de los bancos con respecto a la calidad crediticia futura han mejorado, incluso en el sector inmobiliario comercial.
En lo que respecta al impulso que subyace a la simplificación normativa, en principio somos favorables cuando existen redundancias evidentes o cuando los requisitos actuales han demostrado ser ineficaces y se han convertido en una carga. Sin embargo, el capital bancario es una cuestión compleja y la simplificación tiene límites sin renunciar a algunos objetivos políticos.
Existe un debate saludable sobre la eficacia de los instrumentos adicionales de nivel 1 como capital de continuidad, teniendo en cuenta la evidencia de 10 años durante los cuales rara vez, o nunca, han servido para ese propósito. Los requisitos de reserva y si pueden liberarse para cumplir los objetivos políticos es otra área interesante. Definir las reservas liberables frente a las no liberables podría ayudar al mercado a valorar los riesgos de forma más eficaz.
Una simplificación bien calibrada podría mejorar la eficiencia del mercado mediante una mayor transparencia y una mayor rendición de cuentas, ya que los incentivos pasarían de ser meros requisitos de cumplimiento a una auténtica asunción de riesgos. Pero las ventajas de un marco más sencillo se ven contrarrestadas por los riesgos de la desregulación. Sin embargo, en nuestra opinión, la carrera hacia el abismo en la regulación bancaria mundial sigue siendo un riesgo extremo.



