La alargada sombra del petróleo: un aumento de los precios en un 10% puede sumar hasta 0,5 p.p al IPC de la Eurozona

Precio del petróleo

Intermoney | El escenario de moderación primaveral de la inflación depende en buena medida de que los precios del petróleo y, en general, de la energía dibujen un escenario de estabilización que, posteriormente, apunte a un progresivo enfriamiento. En la actualidad, las tensiones geopolíticas encabezadas por Rusia, junto a la mano de hierro con la que rige la OPEP+ la oferta de crudo ayuda a mantener elevados los precios energéticos y facilita que cualquier noticia negativa desde la perspectiva de la oferta rápidamente se amplifique. Éste era el caso de la breve interrupción del suministro de crudo mediante el oleoducto que comunica Irak y Turquía como consecuencia de un incendio accidental.

Finalmente, la operativa del oleoducto se reanudó sin problemas, pero esto no evitó el episodio de tensión en los precios del petróleo debido a que el norte de Irak representa una de las áreas de mayor producción de crudo del mundo. El problema es que esta noticia venía a sumarse a los ataques de esta semana de los rebeldes yemeníes a Emiratos Árabes Unidos, el tercer mayor productor de petróleo de la OPEP, mientras que Rusia continúa alimentando la duda de la invasión de Ucrania. Luego, no es de extrañar que asistiésemos a máximos del petróleo no vistos en algo más de 7 años. El problema es que en los mercados ya se empieza a especular con la idea de alcanzar los 100$ por barril de petróleo e, incluso, de superar estos niveles y, en el cortísimo plazo, las informaciones respaldan los planteamientos de quienes coquetean con esta posibilidad. En enero, se estima que las interrupciones de producción no planificadas en Libia, Ecuador y Kazajstán, junto a una actividad limitada en Rusia y Brasil, pueden restar al mercado 1 millón de barriles diarios de crudo (mbd). Por desgracia, esta situación se produce en un contexto en el que los inventarios comerciales de crudo en la OCDE, de acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se sitúan en mínimos de los últimos 7 años; información que concuerda con las cifras elaboradas por la OPEP.

Luego, a la sombra de lo expuesto, resulta fácil asistir a sobresaltos al alza de los precios del petróleo, aunque EEUU haya autorizado la liberación de 50 millones de barriles de sus reservas estratégicas de petróleo o que la AIE confíe en la proximidad de un escenario de superávit de la producción de crudo que permita recomponer los inventarios. En la práctica, la AIE no deja de ser una organización dependiente de los consumidores de energía y, por lo tanto, algunos de sus mensajes deben ser relativizados teniendo en cuenta ese sesgo.

El aspecto clave del encarecimiento del petróleo, tal y como venimos apuntando, radica en su impacto sobre las estadísticas de inflación. En el caso de la Eurozona, se estima que un aumento de los precios del crudo en un 10% puede sumar hasta 0,5 p.p al IPC, aunque los efectos directos tienden a desaparecer rápidamente. Por su parte, en EEUU, investigadores de la Fed de Dallas publicaron el pasado noviembre un estudio que concluía que precios de 100$ por barril de WTI hubieran aumentado la tasa interanual del deflactor del consumo personal (PCE) en 1,8 p.p al término de 2021; cifra que se reduciría hasta 0,4 p.p al acabar 2022. A nivel subyacente, dada la filtración de las alzas energéticas a otros ámbitos, estimaban que esto se hubiera traducido en un incremento de la tasa interanual del PCE central de 0,4 p.p y 0,3 p.p al término de 2021 y 2022, respectivamente. Una situación que, a su vez, proyectaban que sumaría 1,2 p.p a las expectativas de inflación de los estadounidenses en el horizonte de 1 año y 0,2 p.p cuando se refiere al plazo de 5 años, lo cual ayudaría a dotar de un carácter más permanente al incremento de los precios.

Después de todo lo dicho, lo importante estriba en que existen argumentos para que el riesgo de las desviaciones al alza de la inflación pese más en el mercado que su descontada moderación y, en este sentido, cualquier tensión en los precios del crudo alimenta esta posibilidad. De forma que el crudo se encargaba de inyectar ruido en el 10 años estadounidense. Mientras tanto, el 2 años de EEUU se consolida por encima del 1%, lo cual no sorprende cuando los inversores proyectan sin ánimo de dudas 4 subidas de tipos de 25 p.b durante 2022 en EEUU.