Santander | Decoupling rates / risk assets post FOMC. Y probablemente nuevas curvas para los mercados de crédito. Porque una parte de la euforia en rates post FOMC puede estar ligada a un sutil pero importante cambio de lenguaje en la Fed, con el deterioro del empleo / economía ahora ganando peso en el balance de riesgos. Y no sólo eso, la inflación en Europa sorprendía además ayer al alza, rebotando hasta el 2,6% a/a desde el 2,5%p (€HICP) y con la subyacente estancada en el 2,9%, también una décima por encima del consenso. Pero, mucho más importante, como recuerdan nuestros economistas, prácticamente todos los principales componentes rebotan en julio. Y, una de las pocas excepciones, servicios (4% a/a, 4,1% previo), sufre un notable salto intermensual (1,2% m/m, +0,6% previo). Y no se trata de un componente precisamente pequeño (45% de la cesta) o que importante poco al BCE. Por otro lado, nuestros economistas también señalan el rebote en la cesta de bienes, con el segmento subyacente (core goods) saltando por vez primera desde enero 2023 hasta el +0,8% a/a. En definitiva, el camino del BCE no se allana tras los datos de inflación de julio. Y en el caso del FOMC, nuestros economistas también alertan sobre una Fed que, con todo, sigue siendo “dato dependiente”. Y sobre unos datos que esperan hasta septiembre no necesariamente dovish en inflación o empleo (4%e en los payrolls del viernes). Como bien recuerda nuestro analista de cross-asset, G. Puerta, esta mañana, la reacción de $equities (estables post-FOMC tras el rally inicial) fue interesante. Pero sobre todo la del Russell, con movimientos del +/-2% post-FOMC. Y habla claro de que, a partir de ahora, la euforia en rates no es necesariamente una noticia excelente para risk assets. Y mucho menos si una parte del buen tono está ligada al notable salto en el riesgo geopolítico en Oriente Medio. El CDX tampoco se sumaba anoche a la fiesta de los USTs (-10pb en el 2 y 10 años) y cerraba prácticamente sin cambios pre-post FOMC.
· Por qué nuestros economistas no ven un “smoking gun” en la Fed. Es obvio que Powell ha dado pasos. Y que explícitamente menciona septiembre como una opción. Y aunque de forma unánime se optó por no cambiar nada ayer, se llegó incluso a debatir un recorte ya en julio. Además, el comunicado incluía ayer cambios importantes, tanto sobre la situación del mercado laboral como de la inflación. Además, Powell parece restar importancia ahora a la necesidad de comprobar cómo el mercado laboral se enfría un poco más antes de reaccionar (si el resto de datos de inflación acompañan). Y las referencias sobre los riesgos a ambos lados del mandato dual son claras. Dicho todo esto, nuestros economistas en EEUU mantienen cierto escepticismo sobre el descontado recorte de septiembre y creen que la Fed esperará a noviembre. Por un lado, siguen destacando la naturaleza “dato-dependiente” de la Fed, reiterada por Powell ayer. Y en este contexto, creen que la inflación podría rebotar en los próximos dos meses ante una mejora de mayo y junio que estuvo ligada a componentes muy volátiles. Segundo, porque donde Powell describe un buen 2T de inflación, S. Stanley recuerda que, aunque mayo y junio fueron meses efectivamente buenos (core PCE deflator en el 1,9% anualizado tras el +4% de enero-abril), en realidad, el core PCE deflator del 2T se situó en el 2,9% anualizado tras el +3,7% del 1T. Y finalmente, porque anticipa una mejora en los payrolls de julio de mañana, con la tasa de paro retrocediendo una décima hasta el 4%. La Fed podrá estar ahora más vigilante sobre la situación del empleo en EEUU, pero ayer aún definía la tasa de paro como “baja”, no precisamente señalando un nivel alarmante de preocupación.