La movilidad sostenible para reactivar la economía

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Intermoney | Descarbonizar el sector transporte es uno de los mayores retos de cara a los objetivos medioambientales para 2050, pero es un sector clave que permitirá una gran reducción de emisiones de CO2 y que contribuirá a la recuperación económica tras el Covid-19.

Todos los automóviles, furgonetas, autobuses y vehículos pesados serán cero emisiones en 2050. Los grandes aviones sin emisiones empezarán a operar en 2035.

Estos son dos de los objetivos propuestos en movilidad para los próximos 30 años, objetivos muy ambiciosos quizá, pero muy beneficiosos para el medio ambiente y la sociedad.

Antes de vernos envueltos en la crisis provocada por el COVID-19, ya nos habían dado un toque de atención a España para que se modificara el modelo de infraestructuras hacia la sostenibilidad, en pro de proteger la salud de los ciudadanos.

Ahora que parece que empezamos a salir de la pandemia, se van haciendo más visibles los estragos que está produciendo, y trazar una estrategia de movilidad sostenible se entiende como una de las claves para
la recuperación económica.

Llegar al objetivo de cero emisiones en 2050 supone, entre otras cosas, descarbonizar el sector transporte, ya que es uno de los sectores que más energía consume y el que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España. Esta tarea no será nada fácil, puesto que más del 90% de los combustibles usados en el transporte son contaminantes.

Algunas de las opciones de descarbonización que se están manejando pasan por llevar a cabo un cambio modal, es decir, sustituir el vehículo privado por el transporte público; el uso compartido de vehículopromocionar el vehículo eléctrico a través de ayudas como el PERTE; o retirar los vehículos convencionales. Todo esto ayudaría a reducir notablemente las emisiones de CO2, pero antes de poner en marcha ninguna de estas acciones, es necesario estudiar a fondo el coste económico y social de cada una de ellas.

La UE ha destinado el 30% de los 750.000 millones de euros recogidos en el Pacto Verde Europeo a proyectos relacionados con clima y medio ambiente, lo que indica el interés en una recuperación económica basada en la ecología y la digitalización. A este propósito, las CCAA tendrán un papel importante, y algunas como la Comunidad de Madrid, ya han puesto en marcha proyectos y políticas ambientales hacia la movilidad sostenible que contribuyan a reactivar la economía madrileña, como la reciente incorporación de 30 nuevos autobuses eléctricos a la línea 50 de la EMT de Madrid, pasando a ser una línea 100% eléctrica junto con la línea 33.

Energías renovables y su impacto en el transporte

Actualmente, existen dos formas de hacer funcionar nuestro transporte mediante energías renovables:

• Biocarburantes, para obtenerlos se suelen utilizar materias agrícolas como el maíz o la mandioca, o plantas oleaginosas como la soja, girasol y palmeras. Al utilizar estas materias primas se reduce considerablemente el dióxido de carbono, ya que lo absorben a medida que se van generando. Es una de las fuentes de energía renovable más utilizadas en el sector transporte, ya sea por tierra, mar o aire. Según la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), los biocarburantes consumidos en España en 2015 redujeron las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 54% respecto a los carburantes fósiles sustituidos.

• La electrificación del transporte es otra formar de introducir las energías renovables en
el sector transporte. Actualmente, aunque gran parte del ferrocarril español está electrificado, todavía queda el 35% de vías sin electrificar, podemos afirmar que queda un largo camino por recorrer en cuanto a la electrificación del parque de vehículos.

Opciones menos contaminantes van introduciéndose poco a poco en el sector transporte para convertirlo en un sector más eficiente y que contribuya menos al deterioro del medio ambiente. A finales de 2020 se pudo observar cómo el consumo de electricidad procedente de fuentes renovables aportó aproximadamente un 12% al consumo final en el sector del transporte.