Punto de inflexión?

Ana Racionero (Intermoney) | Menuda sorpresa nos deparaba ayer la FED cuando, a pesar de que mantenía el tipo de interés de los fondos federales en máximos de 22 años al 5.25%-5.50%, tal y como se esperaba, estimaba en su gráfica de puntos en 75 pb de recortes de los tipos de interés la mediana del ritmo adecuado de política monetaria para 2024. El tipo medio de los fondos federales a largo plazo (a partir de 2027) lo dejaba sin modificar al 2.50%. Los UST se disparaban, como es natural, y las rentabilidades vivían su mayor desplome desde marzo, lastrando al USD en su mayor caída en un mes, siendo el yen la divisa más favorecida por esta caída, y los swaps pasaban a descontar 145 pb de rebaja de los tipos en 2024, con un 69% de probabilidades de bajada en marzo. El rendimiento del dos años UST se llegaba a dejar 30 pb frente a los 12 pb del 10 años, dando lugar a un empinamiento de la curva 2s10s. Las bolsas festejaban estas perspectivas de tipos más bajos con el S&P pasando de los 4700 puntos. Janet Yellen comentaba que tendría sentido para la FED considerar la posibilidad de rebajar los tipos mientras la inflación cede para mantener la economía en equilibrio. Los futuros del crudo también se veían favorecidos por la perspectiva de unos tipos más bajos que fomenten la demanda, y el bitcoin se recuperaba por encima de los 42500 USD. El desplome de los “yields” se prolongaba durante la jornada asiática, y el 10 años UST bajaba del 4% por primera vez desde agosto. El yen se revalorizaba cerca de un 1%, y llevando al USDJPY a caer hasta el 141.60. El calibre de la euforia era tal, que hasta las denostadas bolsas chinas conseguían avanzar. El giro “dovish” de la FED también llevaba a un recálculo de las apuestas de recortes de tipos del BCE, que llegaban, con 157 pb de rebaja en 2024, a su nivel máximo en este ciclo, y a cinco bajadas de 25 pb para el BOE.

El rendimiento del diez años Bund llegaba a ceder a la apertura europea hasta el 2.08%, desde el 2.20% anterior a la FED; el del diez años Gilt, al 3.72%. El IPC español final armonizado de noviembre se corregía en una décima al alza hasta el -0.5% y, anualizado, al 3.3%. El EURIBOR retrocedía del 3.758% de ayer al 3.719%. Las apuestas de los mercados monetarios ampliaban las rebajas de tipos de la FED para 2024 por primera vez a 150 pb. La bajada de las rentabilidades beneficiaba a los países periféricos, que estrechaban sus primas de riesgo.

El SNB cumplía con las expectativas y mantenía el tipo de interés del franco suizo al 1.75%, pero, además de eso, abandonaba en su posterior declaración las alusiones a futuras subidas, aunque mantenía su advertencia de intervenir en el mercado de divisas caso de ser necesario.

El otro banco central en sorprender era el Norges Bank cuando elevaba por unanimidad el tipo de interés de la corona del 4.25%, que se esperaba mantuviera, al 4.50%, indicando que se mantendría a ese nivel durante algún tiempo e impulsando a su divisa al desafiar el giro global en política monetaria capitaneado por la Reserva Federal.

El BOE también actuaba dentro de lo previsto y mantenía el tipo de la esterlina sin cambios al 5.25% por tercera reunión consecutiva, con tres miembros abogando por una subida de 25 pb frente a 6 a favor de un mantenimiento, aunque todos ellos coincidían en la necesidad de mantener una política lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente e incluso advertían de la posibilidad de nuevas subidas de persistir la inflación. Revisaban las perspectivas de crecimiento para el cuarto trimestre a un estancamiento frente al anterior 0.1%, indicando que la economía probablemente se mantendría plana también en los siguientes trimestres. Las rentabilidades de los Gilts ascendían después de la decisión, y el 10 años Gilt subía al 3.77% frente al 3.72% anterior a ésta.

Por último, el BCE mantenía asimismo sin cambios al 4% el tipo de interés del euro, nivel que, al igual que el BOE, decía que habría de mantener durante un tiempo lo suficientemente largo, y se reafirmaba en su enfoque dependiente de los datos, que serán los que determinen el nivel y duración de éste. Rebajaba la previsión de la inflación general para este año del 5.6% al 5.4%, y del 5.1% al 5% para la subyacente, así como la del crecimiento, al 0.6% frente al 0.7% anterior. Afirmaba que no habría habido ninguna discusión respecto de una bajada de tipos. La cuestión que más expectativas generaba era la de las reinversiones del programa PEPP, dotado de 1.7 billones de euros para mitigar la pandemia. Pues bien, el BCE confirmaba el mantenimiento de las reinversiones del programa durante la primera mitad de 2024, y establecía por unanimidad una reducción de la cartera de 7500 millones de euros mensuales de media a lo largo de la segunda mitad para terminarlas al final del año, y añadía que sería un buen momento para un cambio en el PEPP dada la poca fragmentación. A ese respecto, insistía en que, además, habría herramientas para contrarrestarla. Preveía que la inflación regrese al 2% en el tercer trimestre de 2025. Estas declaraciones “hawkish” de Lagarde beneficiaban a la moneda única y hacían que el EURUSD subiera del 1.0874 de la apertura al 1.0998.

En cuanto a cifras americanas, las solicitudes de subsidio por desempleo caían esta semana de las 220k que se esperaba repetir a 202k. Los reclamos continuos aumentaban, pero en menor medida de lo anticipado por la encuesta de Bloomberg. Las ventas minoristas también superaban holgadamente las expectativas, favoreciendo la tesis del “soft landing”.

La renta variable se mantenía en ganancias a ambos lados del Atlántico durante toda la jornada, y el S&P en particular se aproximaba a máximos de la serie histórica. El índice iTRXX, que mide el riesgo de “default”, por encima de 400 hace apenas unas semanas, continúa descendiendo y se encuentra ya en 328.50. El gran descenso de las rentabilidades a corto plazo sigue empinando las curvas.