Intermoney | Las actas del Banco de Japón no sugieren una urgencia inmediata por subir los tipos de interés. Lo más probable es que no veamos un nuevo ajuste de tasas en el tercer trimestre de este año y confirma nuestra idea de que el banco se mueve a pasos de tortuga. Se dejaba ver a varios miembros citando el riesgo a la baja para la actividad económica que suponen los aranceles de EEUU y la situación en Oriente Medio, lo que justifica que el banco mantenga su postura actual en cuanto a la política monetaria a pesar de los precios manteniéndose en niveles elevados. En palabras textuales de un miembro se debe “mantener condiciones financieras acomodaticias con el nivel actual de tipos de interés, y así respaldar firmemente a la economía”. En general, la mayor parte de los comentarios iban en esta línea, como el aviso de que el banco “debe tomarse algún tiempo para examinar la magnitud del impacto de los aranceles estadounidenses”.
Lo llamativo, es que al menos no hay consenso unánime, ya que Tamura, el miembro más hawkish votó en contra de la decisión del banco de ralentizar el ritmo de reducción de las compras de bonos y es que para él, los tipos a largo plazo deben quedar más en manos del mercado. Además, en una intervención el miércoles, alertaba de que, debido a la alta inflación, el Banco de Japón podría tener que subir los tipos de interés “decisivamente” en algún momento, incluso si la incertidumbre económica seguía siendo alta. Aunque poco puede hacer él sólo, y la visión dominante del BoJ invita a dar por descontado que en julio no moverán ficha. Lo lógico es esperar ya hasta el 4T25, aunque dependiendo del avance de las negociaciones con EEUU. Los operadores están asignando alrededor de un 30 % de probabilidad a una subida de tipos en la reunión de octubre, y más del 70 % de probabilidad de un alza antes de fin de año.
De la Fed, más allá de la comparecencia de Powell ante el Senado (que fue el calco frente a la del Congreso el día anterior) el presidente de la Fed de Atlanta, Bostic, señalaba que en el banco disponen “de espacio y tiempo» para evaluar el escenario. Lo interesante estaba en sus previsiones, puesto que considera que la Reserva Federal sólo necesitará aprobar un único recorte de tipos de 25 p.b. a finales de 2025, basándose en su opinión de que el crecimiento económico caerá a cerca del 1,1% este año y la inflación volverá a situarse cerca del 3% a finales
de año. Y en el juego de equilibrios, el de Atlanta teme más los riesgos al alza para la inflación, puesto que destacaba que los empresarios ahora ven menos probable un escenario severo en el que la economía entrase en recesión.