El fin del «shutdown» más largo de la historia abre un nuevo frente sobre la ampliación del Obamacare hasta 2026, que podría costar unos 23.400 M$

Los subsidios del Obamacare vencen a final de año

Intermoney | Durante la jornada del miércoles la atención se centraba en la aprobación por parte de la Cámara de Representantes de Estados Unidos del proyecto de ley de compromiso del Senado para reabrir el gobierno tras 43 días de cierre. La Cámara votaba finalmente votaba a favor de reabrir el gobierno. El acuerdo ampliará la financiación hasta el 30 de enero, aunque algunas agencias hayan conseguido un horizonte temporal más amplio (hasta el 30 de septiembre), como la financiación de la construcción militar, los departamentos de Agricultura y Asuntos de los Veteranos, junto con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

Esto era el último paso necesario después de que el lunes la votación del Senado se saldara con un 60-40, uniéndose al voto positivo ocho senadores demócratas para obtener los sesenta votos necesarios para pasar la legislación. Para conseguir los votos, se incluía por exigencia de los demócratas una cláusula que garantiza la revocación de los despidos federales iniciados por la Administración Trump durante el cierre. Sin embargo, bastantes más fricciones había sobre el tema de conflicto principal, el Obamacare debido a que los subsidios vencen a final de año. Los demócratas del ala más moderada eliminaron la exigencia del partido de renovar
automáticamente los subsidios que vencían de esta Ley de Cuidado de Salud Asequible.

A cambio, los líderes republicanos prometieron una votación específica para mediados de diciembre sobre la ampliación de los subsidios mejorados de esta Ley. La cuestión es que parece difícil vislumbrar un consenso entre partidos en esta materia, ya que extender los subsidios por un año adicional hasta 2026 podría costar al gobierno federal unos 23.400 millones de dólares e incluso ciertas voces del partido demócrata dudan de este sistema. En cambio, la solución podría pasar por propuestas alternativas más amplias que podrían reconfigurar los mercados de seguros de salud.

Más allá de este desacuerdo, los mercados de deuda reaccionaban de manera positiva a la reapertura, con otra sesión en la que los rendimientos bajaban en todos los tramos. El bono a 10 años cerraba en el 4,077%, frente al 4,14% con el que comenzaba la semana, mientras que el bono a 2 años caía hasta el 3,57%. En la renta variable también se recibió con los brazos abiertos esta noticia, aunque las ganancias del principio de la sesión se fuero desvaneciendo, cerrando el S&P500 plano y el Nasdaq incluso retrocediendo un -0,26%.

De cara al trabajo de la Reserva Federal, el fin del cierre gubernamental era esperado para poder contar con algunos datos oficiales de calado. La desinformación ha alimentado la cautela de los funcionarios del banco llevando a algunos a mostrarse escépticos de cara a un recorte adicional en diciembre. Es el caso de Musalem, de la Fed de San Luis, el cual alerta de que “hay un espacio limitado para flexibilizar la política sin que esta se vuelva excesivamente acomodaticia”. En su opinión, la política monetaria está más cerca de la neutralidad que de ser modestamente restrictiva.

En el seno de la Reserva Federal hay un debate sobre qué representa la mayor amenaza, si la inflación persistente o un mercado laboral débil. En contraposición a Musalem, Mary Daly ofreció indicó de que el crecimiento salarial moderado demuestra que la demanda de mano de obra, y no tanto la oferta, es la que se está enfriando al tiempo que no apreciaba riesgos excesivos sobre los precios. En sus propias palabras “no queremos cometer el error de mantener las tasas demasiado tiempo, solo para descubrir que hemos perjudicado a la economía.”