Primeros atisbos de bajadas de tipos en 2023

Ana Racionero (Intermoney ) | Simkus era el último de los miembros del BCE en reivindicar ayer subidas de los tipos de interés de 50 pb, dadas las crecientes presiones salariales y el hecho de que la inflación subyacente indicaría que la lucha contra la inflación no habría terminado.

Dentro del cambio de perspectiva económica global del nuevo año, mucho más amable que las previsiones del pasado, el gobierno alemán elevaba ayer su pronóstico de crecimiento para el país a un 0.2% en lugar de la contracción del 0.4% prevista en octubre, lo que alejaba los fantasmas de una recesión en la mayor economía de Europa. Unas mejores previsiones que se veían hoy sustentadas por la publicación del IFO que, si bien en el apartado de evaluación actual caía al 94.1, en el de clima empresarial subía al 90.2 desde el anterior 88.6, pero, sobre todo, en el de expectativas ascendía al 86.4, cuando se esperaba un 85.3.

España publicaba datos sobre hipotecas que mostraban que los préstamos habrían descendido del anterior 23.3% al 11.9%, al igual que la aprobación de hipotecas habría caído de un 13.5% a un 9.3%, como consecuencia del endurecimiento de las condiciones de endeudamiento. Los PPI de diciembre subían al -1.7% en categoría intermensual y, sin embargo, en su versión interanual bajaban al 14.7% desde el anterior 20.7%, reflejando el enorme descenso de los precios de la energía en el último mes de 2022. Hoy tenía lugar la sindicación de la nueva referencia a diez años, el SPGB 3.15% 30/04/2033, del que se emitían 13000 millones de euros a un “reoffer” de 99.763 y un “yield” de 3.177%. El nuevo rolo del 10 años se cruzaba con 9 y con 9.2 pb contra la anterior referencia, el SPGB 10/2032.

Pero lo que movía los mercados en la jornada de hoy era la publicación de unos PPI británicos en claro retroceso en noviembre y diciembre, lo que, unido a los pésimos datos de actividad económica de ayer, llevaba al mercado a replantearse la política monetaria del BOE y a prever una bajada de 25 pb a finales de año, lo que generaba un rally de bonos y un desplome de la GBP.

Las bolsas retrocedían por segundo día consecutivo por las malas perspectivas de empresas como Microsoft, y la mayor aversión al riesgo derivada del envío de tanques a Ucrania por Alemania generaba un trasvase de fondos de la renta variable a la renta fija que hacía descender las rentabilidades de los bonos.

El crudo se mantenía estable con el WTI en el entorno de los 80 USD por barril. El gas europeo descendía ante el mantenimiento de las reservas, los fuertes flujos de gas licuado y la moderación de la demanda.

En EE. UU., las solicitudes de hipotecas descendían del anterior 27.9% a un 7%, y los swaps de la FED contemplan la posibilidad de una pausa en marzo tras una subida de 25 pb en febrero.

El BOC subía los tipos de interés 25 pb hasta situarlos al 4.50% para, en principio, dejarlos ahí durante un tiempo y sopesar el impacto de su rápido endurecimiento.

El EURIBOR ascendía muy levemente hasta el 3.36%. Las rentabilidades de los bonos se comportaban de forma dispar entre los países core y la periferia; mientras que los países core y semicore se beneficiaban en el corto plazo de las expectativas de menores subidas de tipos y rebajaban ligeramente sus rendimientos, los de los países periféricos aumentaban discretamente. En la zona del diez años subían los “yields” de todos los países, en mayor medida, sin embargo, los de la periferia. Por tanto, las curvas se empinaban y las primas de riesgo se ampliaban.