Un IPC bueno pero no genial

Intermoney | La referencia estrella de la semana la conocíamos este viernes con la publicación del IPC de julio en EEUU, mostrando un avance de dos décimas de junio a julio, en línea con las estimaciones. Respecto a la lectura interanual, el IPC se situaba en un +2,9% a., una décima por debajo del mes anterior y de lo estimado por el consenso, rompiendo a la baja la barrera del 3% por primera vez desde la primavera de 2021. En cuanto a los precios excluidos los elementos más volátiles, estos se situaban tanto en términos mensuales como interanuales en línea con los pronósticos al avanzar en un +0,2% m. y 3,2% a. (Frente 3,3% en junio) respectivamente. Por otro lado, la inflación subyacente excluía la vivienda también avanzaba en dos décimas mes a mes dando la vuelta a la última lectura negativa. Como es lógico, las cifras de hoy habiendo sido previsibles, no van a cambiar probablemente las expectativas de que la Reserva Federal siga en camino de recortar en septiembre. Además, recordemos que la Reserva Federal tendrá un informe más sobre el IPC antes de su próxima reunión así como el informe de empleo de agosto, que bien podría ser más importante.

Empezando a desgranar los datos, cabe empezar con lo que respecta a la partida de alojamiento, de junio a julio esta volvía a ser la protagonista al suponer el 90% del avance del IPC general al avanzar un +0,4% m. (+5,1% interanual) frente al +0,2% anterior. Esto era lo que nos dejaba un peor sabor de boca, ya que muestra que la parte persistente de la inflación sigue siendo persistente y por tanto, uno de los principales caballos de batalla. Mientras que en junio la renta equivalente del propietario avanzó por debajo de las tres décimas, el menor nivel desde 2021, en julio volvió a acelerarse hasta el +0,36% m. Por otra parte, los alquileres de primera residencia también contribuían al alza después crecer mes a mes en medio punto porcentual (Frente al +0,3% anterior). Desde IM ya venimos avisando que los desfases entre los contratos de arrendamiento recién firmados y los costes de vivienda en el IPC están siendo más largos de lo esperado y es de esperar que sigan presiones sobre el índice general. Por eso, de cara al futuro lo lógico es que la vivienda también evolucione a la baja, pero ya hemos explicado que esto es un ejercicio con cuentagotas. Por acabar con esta subpartida, el precio del alojamiento fuera del hogar tampoco daba mucho alivio y aumentó un 0,2% después de haber caído un 2,0% en junio.

Otra subpartida que se mantiene generando ruido son los precios de los seguros de los coches, los cuales crecían un +1,2% en el mes a mes y un más llamativo todavía +18,6% interanual, y esto también lo advertíamos en su momento, dado que, por las particularidades regulatorias de la industria, los reguladores estatales empezaron a aprobar solicitudes para aumentar las tarifas cerca de finales de 2022. El problema es que este proceso aún no está completado, y es posible que estos precios sigan aumentando otro 8%-10% antes de que las aseguradoras puedan alcanzar el equilibrio. A esto debemos añadir que esta categoría de inflación no es sensible a los ciclos económicos, incluso si la tasa de desempleo se dispare y la economía se contraiga, la inflación del seguro seguirá siendo sólida.

Pero una vez comentado donde están los factores más preocupantes, en la dirección contraria, presionando a la baja, estaban los precios de los automóviles, que era la principal fuerza bajista. Los precios de los autos usados cayeron un -2,3% mes a mes (vs. -1.5% anterior) y -10,9% a., mientras que los precios de los autos nuevos bajaron un -0,2% m. (igual que en junio). A esto se le unía el descenso del -1,6% de las tarifas aéreas mientras que los precios de las prendas de

vestir cayeron un -0,4% m. Mientras que, en lo que concierne a los componentes más volátiles, había que destacar el aporte de los precios de la gasolina, que en junio cayeron en casi 4 p.p. y ahora en julio se mantenían estancados, mientras que los precios de la electricidad pasaban de la caída del -0,7% m. en junio a encarecerse ligeramente en una décima.

Como decimos, la lectura del IPC buena, pero no genial, trastocará poco la hoja de ruta de la Fed, dará a los funcionarios de la Reserva Federal una confianza modestamente mayor en que la inflación está en camino de disminuir y debería ayudar a consolidar las expectativas de otro dato del 0,2% m. o incluso del 0,1% para el deflactor del PCE subyacente. Lógicamente, esperamos que la Reserva Federal reduzca las tasas en septiembre a la luz del enfriamiento del mercado laboral, la desaceleración de los precios y el debilitamiento de las encuestas empresariales, siendo sólo una cuestión de magnitud. Tras la publicación, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 2 y 10 años aumentaron 5 y 3 puntos básicos, respectivamente, mientras que los mercados ven ahora aproximadamente 103 p.b. de recortes en la segunda mitad del año, frente a 109 p.b. de recortes de la sesión anterior. De cara a nuevas pistas sobre la magnitud del movimiento, deberíamos estar atentos a la reunión de Jackson Hole en la que quizá se observe un cambio en el discurso. Y recordemos los dos datos de IPC y nóminas que aún queda por conocer antes de la reunión de septiembre, sobre todo el informe de empleo, publicado el 6 de septiembre, que es fundamental ya que si las nóminas son bajas y la tasa de desempleo vuelve a subir podría ser justificación para un movimiento de 50 p.b. en vez de 25.