Andreas Nigg (J. Safra Sarasin Sustainable AM) | Polémicas que habrían hecho descarrilar la mayoría de las carreras políticas no han hecho mella en la capacidad de Donald Trump para protagonizar una remontada histórica. ¿Qué significa su regreso a la Casa Blanca para la renta variable estadounidense?
Los mercados ya han respondido bien al cambio de poder, reforzados por las perspectivas de una menor regulación y una carga fiscal más liviana. Esto también podría ayudar a los beneficios, ya que la actividad empresarial ha empezado a repuntar en Estados Unidos.
Un sector que ya está cosechando beneficios es el financiero. Este sector se beneficia de una mayor actividad empresarial y una menor presión reguladora, y no está expuesto a posibles aranceles. Los aranceles también deberían fomentar el reshoring de vuelta a EE.UU., lo que es un buen augurio para ciertas partes del sector industrial.
A pesar de todo, la imprevisibilidad de Trump seguirá siendo un sello distintivo tanto para amigos como para enemigos, lo que se traducirá en volatilidad del mercado. Cuánto durará el «romance» con Elon Musk sigue siendo una incógnita. Un desencuentro entre ambos podría poner fin al rally de las acciones de Tesla, que se han beneficiado significativamente desde noviembre.
Parece que el único oponente al que Trump no puede vencer es a los vigilantes de bonos. El término, que se remonta a la década de 1980, se refiere a los inversores en deuda que tratan de imponer disciplina fiscal a los gobiernos que consideran imprudentes. Un ejemplo reciente es el de Reino Unido en 2022, cuando los vigilantes de bonos provocaron una venta masiva que obligó al gobierno a dar marcha atrás en su plan de recortar impuestos y aumentar el endeudamiento a pesar de las tensas finanzas públicas. Esta vez podrían convertirse en un poderoso freno para la agenda de la nueva administración estadounidense.
Cualquier indicio de retorno de la inflación, de gasto descuidado o de recalentamiento de la economía provocará una subida de los tipos de interés en el tramo largo de la curva. Esto, a su vez, sería negativo para los mercados de renta variable. A fin de cuentas, Trump quiere unos mercados de renta variable prósperos porque los considera un barómetro de su éxito.
En última instancia, los vigilantes de bonos seguirán teniendo la sartén por el mango.