La crisis energética en Alemania: la vieja fórmula de energía barata y productos finales de alta calidad ya no es válida

Thomas Meier

Thomas Meier (MainFirst) | Alemania vive actualmente una prueba de fuego en su política energética: Rusia ha cortado el suministro de gas a Occidente y esto tiene consecuencias estructurales para la base industrial de Alemania.

Actualmente, las instalaciones de almacenamiento de gas están llenas en más de un 90%, pero necesita un plan a largo plazo de fuentes energéticas alternativas. El corte de suministro ya se ha reflejado en los precios de la energía y, tanto las empresas como los consumidores, están sufriendo la carga.

Europa, y en particular Alemania, tendrá que ajustarse a unos costes energéticos estructuralmente más altos. Esto supone una desventaja de localización para las pequeñas y medianas empresas, ya que no pueden ajustar o deslocalizar sus decisiones de producción e inversión con la misma rapidez que las empresas posicionadas a nivel mundial. Las empresas internacionales de Alemania trasladarán o planean trasladar sus instalaciones de producción a países con una estructura de costes de insumos diferente. Alemania produce cosas que el mundo demanda. Por desgracia, la vieja fórmula de energía barata y productos finales de alta calidad ya no es válida. Si persiste la actual desventaja competitiva debida a los costes excesivamente altos de los insumos, pronto se podrá decir «Hecho por una empresa alemana» en lugar de «Hecho en Alemania».