La niebla impide ver las señales y provoca amagos de desplome

Juan_Carlos_Ureta

Juan Carlos Ureta (Renta 4) | La penúltima semana del año terminaba, ya en plenas fiestas navideñas, con la tranquilidad que preveíamos al finalizar nuestro anterior comentario, pero sería incorrecto olvidar que, en algunos momentos de la semana, en concreto el jueves a media sesión en Wall Street, los mercados amagaron con un desplome. Al final, ese amago quedó en una ligera corrección, gracias a una recuperación de última hora en la propia sesión del jueves y en el cómputo semanal las Bolsas en general han cerrado con ganancias o caídas muy suaves.

Así, el Eurostoxx ha subido un 0,3% en la semana y el Dow Jones un 0,8%, mientras que el S&P y el MSCI de Bolsas emergentes en dólares han caído un 0,2%. En el lado positivodestaca nuestro Ibex, con un alza semanal del 1,9% tras tres semanas de caídas, muy impulsado por Repsol, algunos Bancos y Telefónica, y en el lado negativo hay que mencionar al tecnológico Nasdaq, que se ha dejado un 1,94%, y al Nikkei, que ha caído un 4,7% tras una inflación de noviembre en máximos de los últimos cuarenta años y tras un incipiente giro del Banco de Japón, que el pasado martes anunció una pequeña elevación de la banda de referencia del tipo de interés del bono a diez años. Se trata, sin duda, de un cambio mínimo, pero significativo al haber tenido el Banco de Japón una actitud casi “numantina” de defensa de las políticas monetarias ultra expansivas, en clara contradicción con la posición de la Fed y del BCE.

Es precisamente la posición “dura” de la Fed y del BCE la que inquieta a los inversores, y la que provocó en pocos minutos fuertes caídas el pasado jueves en Wall Street, cuando el Dow Jones pasó de estar en positivo a caer, en algunos momentos, más de 800 puntos y el S&P rompió a la baja soportes importantes. Lo más sorprendente es que el detonante de las caídas fue la revisión al alza del PIB americano del tercer trimestre, hasta el 3,2% desde una primera lectura del 2,9%. Ese buen dato, acompañado de una cifra de empleos semanales igualmente alta y de un índice de confianza del consumidor americano publicado el miércoles pasado por la Conference Board, que se situó en máximos de ocho meses, aparentemente por buena situación del mercado laboral en EE. UU., llevó a los inversores a la conclusión de que la Fed podía ser mucho más dura en sus próximas decisiones, poniendo en riesgo el crecimiento económico. 

Curiosamente el día anterior, en la sesión del miércoles, los mercados habían celebrado con fuertes alzas los buenos beneficios trimestrales de Nike (la acción subió un 12% tras publicarlos) y de Fedex, junto a algunas noticias positivas en Phillips, y también habían celebrado el ya mencionado dato de confianza de la Conference Board, y el buen dato del índice GFK de confianza del consumidor alemán.

Es siempre difícil interpretar el comportamiento de los inversores, pero la sensación que da es que estamos todos metidos en una espesa niebla, y que esa niebla no solo nos impide ver el escenario que aparecerá una vez que la niebla se disipe, sino que además no nos deja leer bien las señales, y eso nos desconcierta o, lo que es peor, nos conduce en la dirección equivocada. En medio de esa niebla, los mercados y los propios Bancos Centrales van caminando hacia una nueva normalidad cuyos trazos finales aparecen muy difuminados y cuyo camino no es en absoluto claro.

Seguimos pensando que la economía va a experimentar durante algunos meses más esa recesión “movil” a la que aludíamos hace quince días, y que los mercados financieros van a irse adaptando gradualmente al triple ajuste de un nuevo régimen monetario, de una economía que crece menos y de unas pautas financieras que ponen fin al modelo de “vivir a crédito”. 

En ese contexto en nuestra opinión habrá que empezar a apostar selectivamente por la tecnología, tras el muy fuerte castigo que está sufriendo. Como antes decíamos, el Nasdaq ha vuelto a ser el peor índice semanal entre los americanos, dejándose casi un 2% en la semana, y algunos valores se han desplomado, como la en otros tiempos imbatible Tesla, que ha perdido un 18% en la semana, y vale tan solo un tercio de lo que valía hace un año. ArkInnovation, el famoso ETF gestionado por Cathie Wood, que fue un icono del mercado alcista post Covid, ha perdido casi un 70% en un año y sus activos totales se han hundido. Amazonvale la mitad que hace un año por estas fechas, Apple tres cuartas partes y Meta/Facebook un tercio. 

No estamos proponiendo comprar estos valores u otras tecnológicas solo porque hayan caído, ya que pensamos que hay que ser muy selectivos, analizar bien los fundamentales y hacer la cartera gradualmente a lo largo del tiempo. Pero en la tecnología se está dibujando una oportunidad que a nuestro juicio es ya obvia en algunos valores y será más clara en otros a medida que avance el 2023.

Pero todo eso será ya el año próximo y para esta última semana del 2022 lo que cabe esperar de nuevo es básicamente un escenario de tranquilidad.