La política ‘Covid cero’ de China amenaza con impulsar una inflación renovada de la cadena de suministros mundial

Greg Meier

Greg Meier (Allianz GI) | Parece que hemos entrado en un mundo de superlativos, con una sucesión constante de acontecimientos históricos. En tan solo 24 meses, hemos presenciado la primera pandemia mundial en un siglo, la recesión más profunda de la historia moderna, la inflación más elevada en Estados Unidos en 40 años y el peor conflicto europeo en varias generaciones. La aceleración del ciclo de noticias ha hecho que resulte difícil encontrar momentos para la introspección, lo que ha contribuido a camuflar el hecho de que nuestra “nueva normalidad” realmente no es normal. 

¿Qué va a pasar a partir de ahora? Sobre todo, esperamos la paz en Europa. Desde el punto de vista humano, nos enfrentamos a una tragedia desgarradora. Desde el punto de vista económico, el inicio de la paz dejaría tiempo a los responsables políticos de todo el mundo para abordar los desafíos urgentes que afrontamos. 

Entre los riesgos económicos se encuentra una inflación galopante. Esto afecta a casi todas las personas, que ven cómo suben sus facturas de alimentación y de calefacción, y que quieren entender cómo repercute la inflación en el crecimiento “real”, los salarios y las rentabilidades de las inversiones. Debido a las subidas de precios en todo el mundo (véase nuestro Gráfico de la semana), el entorno geopolítico actual alimenta las llamas ya existentes, incluyendo el endurecimiento de los mercados laborales y la subida de los costes de la vivienda. 

El impacto inicial comienza a definirse y va más allá de la reciente volatilidad de los precios del gas natural y el petróleo. Tengamos en cuenta el hecho de que, conjuntamente, Rusia y Ucrania son responsables casi del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y en torno al 12% del comercio mundial de productos básicos agrícolas. Rusia y Ucrania también son grandes productores de gas neón, necesario para los semiconductores, cloruro potásico, necesario para la fertilización de cultivos y aluminio, necesario para las latas de refresco. Esto significa que los precios de las mercancías —que repuntaron durante la pandemia— podrían mantenerse elevados o subir todavía más. 

Y esto no es todo. Tal y como hemos mencionado anteriormente, la política “COVID cero” de China amenaza con impulsar una inflación renovada de la cadena de suministros mundial, en caso de que los centros de producción y transporte sufran nuevos cierres. Con el aumento de casos de ómicron en la poblada costa este de China, que comiencen a escasear los productos manufacturados es una posibilidad cada vez más plausible. 

Por lo que respecta a los bancos centrales, la propagación de la ola de inflación acelera la necesidad de normalización de la política y aumenta el riesgo de destrucción de la demanda. Si nada cambia, esto significa que los tipos de interés deberían subir, y la Fed acaba de dar un primer paso en esa dirección. Las autoridades monetarias anticipan 150 puntos básicos adicionales de subida para este año y el anuncio del inicio en la reducción del balance en “una próxima reunión”.