Los datos manufactureros dan señales de vida

Felipe_Villaroel

Felipe Villarroel (TwentyFour AM-Vontobel) | Los datos del sector manufacturero han sido un proveedor incesante de malas noticias durante la mayor parte de los dos últimos años: las tasas anormales de crecimiento que siguieron a la crisis de la Covid se convirtieron en una tendencia contractiva pantanosa, de la que el sector ha luchado por salir. Las razones de esta caída difieren según las zonas geográficas, siendo la situación energética de Alemania la que suele aparecer en los titulares. Pero incluso en Estados Unidos, donde los precios de la energía no han repuntado tanto como en Europa, el índice ISM manufacturero se situó por debajo de la marca de 50,0 (nivel que indica contracción) durante 26 meses consecutivos entre noviembre de 2022 y diciembre de 2024.

Se observan algunos signos de recuperación, pese a las difíciles perspectivas. Los datos de enero mostraron una mejora en varios países, entre ellos Alemania y Francia, que han sido dos de los eslabones más débiles a nivel mundial en los últimos meses. La cifra de la Eurozona fue de 46,6, todavía en contracción, pero su mejor dato desde mayo de 2024. Hay que remontarse hasta marzo de 2023 para encontrar una cifra mejor que 46,6 en la Eurozona. En Estados Unidos, el ISM manufacturero se situó en enero por encima del 50,0 por primera vez en más de dos años. Como era de esperar, los sectores manufacturero mexicano y canadiense registraron un descenso, dada la enorme incertidumbre que rodea a los aranceles estadounidenses, que probablemente no desaparecerá rápidamente.

Aunque no todos los países de la muestra experimentaron una mejora, el PMI manufacturero mundial compuesto de enero también logró superar la marca de 50,0, la quinta vez que lo hace en los últimos 24 meses. También se registraron sólidos aumentos en los subcomponentes de nuevos pedidos y producción futura, lo que es un buen augurio para las tendencias a corto plazo. El desglose entre bienes de consumo, intermedios y de inversión también fue alentador. Los bienes de consumo han superado a los dos últimos, con lecturas por encima de 50,0 la inmensa mayoría del tiempo. Esto no es sorprendente dada la fortaleza del consumo y la salud de los mercados laborales a nivel mundial, con cifras de desempleo que en su mayor parte están relativamente cerca de mínimos de varias décadas. En cambio, el componente de bienes de inversión lleva casi dos años en contracción. Aunque habrá que esperar unos meses más para que esta cifra supere la barrera del 50,0, merece la pena destacar que la categoría parece estar tocando fondo en la zona alta de los 40, con una minitendencia al alza en los últimos tres meses.

Definitivamente, no estamos ante el comienzo de una fase de auge en las manufacturas mundiales. La incertidumbre persistirá a corto plazo, con una débil demanda de vehículos eléctricos y los titulares sobre los aranceles, lo que dificultará la inversión de las empresas. Sin embargo, 2025 podría ser el año en que el sector vuelva a contribuir al crecimiento mundial tras un largo paréntesis. Esto podría suponer un avance importante para la calidad crediticia de las empresas no financieras, ya que un porcentaje significativo de las rebajas de calificación ha procedido de sectores relacionados con la industria manufacturera en los últimos dos años. Aunque en este momento no abogaríamos por grandes exposiciones a los sectores industrial o de materiales, creemos que se trata de una tendencia que merece la pena vigilar, ya que podría traducirse en mejores ratios de mejora de la calificación respecto a la rebaja y en unos impagos potencialmente más bajos de lo esperado