Los inversores deberían prepararse para nuevos ajustes de las políticas y la fijación de precios en cualquier dirección

Pietro Baffico

Pietro Baffico (abrdn) | El BCE se encuentra entre la espada y la pared. Tiene que encontrar el equilibrio para gestionar el aumento de la inflación con los riesgos a la baja para el crecimiento. Mientras, la incertidumbre económica sigue siendo alta, alimentada por la brutal invasión rusa de Ucrania y por las sanciones de la UE.

El BCE podría abstenerse de realizar cambios en su política monetaria en la reunión de este jueves y esperar a revisar su posición en junio tras la decisión que adoptó el pasado mes para reducir las compras netas de activos. Sin embargo, como la inflación de marzo fue más alta de lo previsto (7,5%), es probable que la presidenta Lagarde mantenga un tono agresivo, haciendo hincapié en la posibilidad de seguir adelante y señalando futuras revisiones de las compras netas, posiblemente para que terminen antes de septiembre, con el fin de ampliar el margen para una primera subida de tipos.

Los inversores deberían prepararse para una mayor volatilidad en los próximos meses, con nuevos ajustes de las políticas y la fijación de precios en cualquier dirección.  Si en las reuniones de BCE de junio y julio se confirman las compras netas en el tercer trimestre, los precios de los tramos cortos de las curvas podrían ser más bajos, ya que los responsables de la política monetaria podrían seguir tratando de dejar de lado la elevada inflación impulsada por la energía.