Annalisa Piazza (MFS Investment Management) | Se espera que el BCE recorte los tipos de interés en 25 puntos básicos este jueves, marcando así el cuarto recorte consecutivo que situará los tipos oficiales en el 3%. Los fundamentos económicos justifican plenamente este movimiento en diciembre, acompañado de una orientación futura más cautelosa. Esto responde al deterioro del panorama de crecimiento, la disminución de las presiones inflacionistas subyacentes y el aumento de los riesgos derivados de factores adversos, como los resultados de las elecciones estadounidenses.
¿Por qué es apropiado un cambio en la forward guidance? Desde el año pasado, el BCE ha reiterado que su objetivo es mantener una política monetaria «suficientemente restrictiva» durante el tiempo que sea necesario. Esperamos que las proyecciones actualizadas de esta semana muestren que la inflación alcanzará el 2% en 2025 y rondará ese nivel a medio plazo. Una vez alcanzado el objetivo de inflación a medio plazo, se espera que el Consejo de Gobierno debata por qué siguen siendo necesarias unas condiciones restrictivas. En este sentido, es probable que se modifique el sesgo ligeramente alcista de la comunicación del BCE. Dicho esto, es evidente que esta opinión no es unánime, y el Consejo de Gobierno sigue dividido sobre si la «lucha» contra la inflación ha terminado realmente.
De cara a los próximos meses, prevemos una serie de recortes adicionales en los tipos de interés, con una tasa terminal del 1,75% para finales del segundo trimestre de 2025. Incluso podría haber un recorte adicional en el tercer trimestre si el panorama económico no mejora. En cuanto a los mercados, anticipamos una reacción moderada, con una posible reanudación de una ligera inclinación alcista en la curva del Bund. Sin embargo, dado que el mercado ya ha descontado una tasa terminal cercana al 1,7%, es poco probable que se produzcan desviaciones significativas.
Es probable que la reunión de diciembre, como suele ser habitual, refleje un compromiso entre las distintas posturas. Aunque la narrativa del crecimiento contradice la visión relativamente optimista del BCE sobre una recuperación nacional en el corto plazo, las presiones inflacionistas se han moderado. No obstante, algunos podrían argumentar que los salarios, aunque en descenso, siguen siendo elevados, lo que podría reavivar las expectativas de inflación si las medidas resultan demasiado conservadoras o demasiado rápidas.
Este análisis subraya la complejidad de la situación económica actual y la necesidad de que el BCE mantenga un enfoque equilibrado en su política monetaria.