Con los inversores tensos por las reuniones de los bancos centrales, cualquier noticia negativa sobre la pandemia impactará

Vacuna

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | A la espera de que esta semana se reúnan unos 20 bancos centrales en todo el mundo, reuniones entre las que destacan la de la Reserva Federal (Fed; hoy y mañana), y las del BCE y del Banco de Inglaterra (ambas el jueves), ayer “el Covid-19” volvió a ser determinante en el comportamiento de los mercados de valores europeos y estadounidenses. 

Así, y tras un comienzo de sesión muy positivo en Europa, con los inversores animados por i) la noticia de que las autoridades chinas estaban sopesando la posibilidad de apoyar el crecimiento de sus economía con nuevas políticas fiscales y por ii) los estudios publicados en Israel sobre la variante Ómicron del Covid-19, que demostraban que una tercera dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech mostraba gran eficiencia en su neutralización, los principales índices de los mercados bursátiles europeos fueron perdiendo fuelle, girándose posteriormente a la baja, hasta terminar el día casi todos ellos en negativo. En este comportamiento tuvieron mucho que ver las declaraciones “alarmantes” realizadas por varios miembros y asesores del Gobierno británico, entre ellos por el primer ministro Johnson, el cual no pasa precisamente por su mejor momento en lo que hace referencia a su popularidad, sobre la propagación del Ómicron en el Reino Unido. También la primera ministra escocesa, Sturgeon, optó por la estrategia del miedo, al señalar que, al ritmo actual de propagación, el Ómicron podría saturar los servicios médicos de la región en unas semanas. 

No obstante, y a pesar del “alarmismo” de estos políticos, alarmismo cuya finalidad principal es la de “animar” a la población a ponerse la tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19, la monitorización del Ómicron y los estudios que se están haciendo sobre esta variante continúan, por el momento, apuntando a que se transmite con mayor rapidez que variantes anteriores pero que su sintomatología es leve. De confirmarse estas primeras conclusiones, algo que conoceremos en las próximas semanas, seguimos pensando que la aparición del Ómicron puede terminar convirtiéndose en el principio del fin de la pandemia. 

En el corto plazo, y con los inversores algo tensos por lo que pueda ocurrir en las mencionadas reuniones de los bancos centrales, cualquier noticia negativa sobre la pandemia es normal que impacte en el ánimo de los inversores y lleve a muchos de ellos a reducir sus posiciones de riesgo. Ayer fue un claro ejemplo de ello, con los bonos y los valores defensivos actuando como refugio y comportándose sensiblemente mejor que los cíclicos. Entre estos últimos, destacó el fuerte castigo que recibieron los valores relacionados con el ocio y el turismo y con el petróleo, sobre todo tras publicarse las declaraciones de las autoridades británicas. 

Hoy esperamos que las bolsas europeas se tranquilicen y abran ligeramente al alza, intentando de esta forma recuperar algo de lo cedido ayer. Destacar, no obstante, el negativo comportamiento de los mercados de renta variable asiáticos, donde los problemas por los que atraviesa el sector residencial chino se han convertido, un día más, en un lastre para estas bolsas -en los últimos días el grupo Shimao, uno de los considerados como financieramente más sólidos parece que también tiene algunos problemas de liquidez-. 

Por lo demás, comentar que la agenda macro del día de hoy es liviana, destacando únicamente la publicación de la producción industrial de la Eurozona, correspondiente al mes de octubre y, ya por la tarde y en Estados Unidos, del índice de precios de la producción (IPP), índice que esperamos que haya vuelto a repuntar con fuerza en noviembre, lo que hará que su tasa de crecimiento interanual se mantenga a los niveles más elevados en varias décadas. Recordar que este negativo comportamiento de los precios industriales se explica principalmente por el fuerte repunte de la demanda tras la reapertura de las economías y por los problemas por los que vienen atravesando desde hace meses las cadenas de suministros. Una lectura peor de la esperada podría generar algo de tensión en los mercados de bonos y de renta variable estadounidense, tensión que se trasladaría de inmediato a los mercados europeos.