El verdadero problema es la falta de catalizadores que puedan hacer que las bolsas giren al alza en el corto plazo

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una nueva sesión en la que los mercados de renta variable europeos y estadounidenses fueron claramente de más a menos, sus principales índices cerraron ayer con fuertes descensos. Tal y como esperábamos, la jornada de ayer comenzó a la baja en Europa, aunque los descensos de los índices fueron en un principio moderados. Desde China seguían llegando malas noticias con relación a los confinamientos de importantes núcleos urbanos, con el Gobierno refirmando su política de “covid-cero” para combatir la nueva ola de la pandemia, política que ya está empezando a pasar una dura factura a la economía del país. Así, ayer se pudo comprobar como las exportaciones y las importaciones chinas se ralentizaron con fuerza en abril, noticia que impactó negativamente en el comportamiento de los valores relacionados con las materias primas minerales y con el petróleo en las bolsas occidentales, productos cuyos precios sufrieron también ayer fuertes caídas al adelantar los inversores una menor demanda china de los mismos. 

Además, el tan esperado discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, en la conmemoración anual de la victoria rusa en la Segunda Guerra Mundial no aportó nada nuevo. Así, Putin ni dio por concluida la “operación especial” que según él está llevando el ejército ruso en Ucrania, ni declaró formalmente la guerra a este último país, limitándose a echar la culpa a Occidente de “todos sus males” y justificando la invasión de Ucrania como un movimiento defensivo al afirmar que era la única forma de evitar un “ataque planeado” contra Rusia. La conclusión que sacaron los inversores de la intervención de Putin fue que la guerra, la llame como la llame el sátrapa, tiene visos de durar todavía bastante tiempo, al menos hasta que Rusia alcance su objetivo de hacerse con el control del sudeste de Ucrania. Malas noticias, por tanto, que también impactaron negativamente en los mercados de valores europeos. 

Pero lo que verdaderamente propició las fuertes caídas que experimentaron los principales índices bursátiles europeos al cierre de la jornada, y que acabaron con todos los sectores en pérdidas, fue la muy negativa apertura de Wall Street, cuyos principales índices continuaron ayer en caída libre –el Nasdaq Composite ha cedido un 10% en las últimas tres sesiones–. En este mercado fueron ayer los valores del sector de la energía los que peor se comportaron, lastrados por el fuerte descenso del precio del crudo, que fue duramente penalizado durante la sesión por el miedo de los inversores a que la más que probable ralentización del crecimiento económico mundial penalice la demanda de este producto. No obstante, y con la excepción del sector de consumo básico, ayer todos los sectores fueron castigados con saña en las bolsas estadounidenses, con el tecnológico nuevamente como uno de los más damnificados. Si bien en Wall Street los bonos sirvieron ayer de refugio a algunos inversores, lo que propició una ligera relajación de sus rendimientos, ello no tuvo ningún efecto positivo en el comportamiento de la renta variable. De esta forma, y tras las recientes caídas, el S&P 500 cerró ayer a su nivel más bajo desde marzo de 2021, mientras que el Nasdaq Composite marcó su mínimo desde noviembre de 2020. Hablar de capitulación por parte de los inversores se nos antoja de momento algo precipitado, ya que para que se dé la misma los volúmenes de contratación deberían aumentar mucho más de lo que lo están haciendo. 

En nuestra opinión, el verdadero problema es que en el corto plazo no identificamos catalizadores que puedan hacer que las bolsas se giren al alza. No descartamos repuntes puntuales, propiciados por el elevado nivel de sobreventa que muestran los índices y muchos valores, aunque éstos serán de corta duración, ya que muchos inversores los aprovecharán para reducir posiciones. La diferencia con otras ocasiones en las que las bolsas han atravesado por fases negativas similares, el inicio de la pandemia, por ejemplo, es que en casi todas ellas los bancos centrales han acudido al rescate, convirtiéndose en el principal apoyo de los mercados. Sin embargo, en esta ocasión los bancos centrales son uno de los principales factores de riesgo a los que se enfrentan las bolsas por su intención de combatir la alta inflación, creemos que, de forma coherente y acertada, acelerando su proceso de retirada de estímulos monetarios. Por lo tanto, y en un momento en el que las economías se están debilitando, los bancos centrales procederán a endurecer las condiciones de financiación, dando muy probablemente “la puntilla” a muchas economías. Este escenario de bajo crecimiento y alta inflación, con tipos de interés al alza, es el que comienzan a descontar los inversores, tal y como refleja el comportamiento de los mercados de renta fija y variable mundiales. 

Hoy esperamos que las bolsas europeas abran ligeramente al alza, intentando de esta forma recuperar algo de lo cedido ayer. No obstante, si los futuros de los principales índices bursátiles estadounidenses se giran a la baja –actualmente apuntan a una apertura alcista de este mercado–, volverán las pérdidas a la renta variable europea. 

Por lo demás, comentar que en la agenda macroeconómica del día de hoy destaca la publicación de los índices que elabora el instituto alemán ZEW, que miden la percepción que de la situación actual y futura de la economía alemana tienen los inversores institucionales y los analistas. En los últimos meses ambos índices, el de situación actual y el de expectativas, se han venido deteriorando y, en principio, los analistas esperan que lo hayan seguido haciendo en el mes de mayo. No esperamos, por tanto, noticias positivas por esta parte.