En el corto plazo, es complicado que las bolsas europeas y estadounidenses retomen con convicción su tendencia alcista

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una sesión en la que la publicación de la inflación del mes de abril en Estados Unidos centró toda la atención de los inversores, los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer ligeramente a la baja, aunque lejos de sus niveles más bajos del día, mientras que en Wall Street lo hicieron de forma mixta, con el Nasdaq Composite y el S&P 500 registrando sensibles avances, impulsados por el buen comportamiento de los valores de crecimiento, concretamente por los de las grandes compañías tecnológicas.

Así, y ante la falta de otras referencias de calado, los índices bursátiles europeos, tras abrir ligeramente al alza, giraron a la baja para mantenerse durante toda la mañana en negativo, aunque moviéndose en un estrecho intervalo de precios. Había cierto temor entre los inversores a que las cifras del IPC estadounidense de abril fueran peores de lo esperado por lo que ello supondría de cara a las nuevas actuaciones de la Reserva Federal (Fed) en materia de tipos de interés. Finalmente, las cifras dadas a conocer por el Departamento de Trabajo fueron ligeramente mejores de lo esperado, lo que fue recibido con alivio, tanto por los mercados de bonos como por los de acciones europeos y estadounidense, mientras que en el mercado de divisas el dólar se debilitó con relación a las principales monedas europeas.

El hecho de que la inflación estadounidense haya seguido ralentizándose en abril y, sobre todo, que la inflación en el sector de los servicios haya moderado sustancialmente su crecimiento en el mes, creemos que es una buena noticia que, además, fortalece la hipótesis de que la Fed, por el momento, puede dar por terminado su proceso de alzas de tipos. Sin embargo, y a pesar de que los futuros descuentan con una probabilidad del 42% que el banco central estadounidense bajará en 25 puntos básicos su tasa de referencia en la reunión que celebrarán en julio su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), en nuestra opinión los niveles de inflación siguen siendo demasiado elevados, manteniéndose muy por encima del objetivo del 2%, como para que la Fed se plantee siquiera una rebaja de tipos en estos momentos. Habrá que ver cómo evoluciona la inflación en los próximos meses, especialmente en verano, cuando se espera que se reduzca con fuerza, para determinar si habrá o no bajadas de tipos antes de que finalice el año. Lo cierto es que ayer fueron los bonos y los valores de crecimiento los que se impusieron en los mercados, activos que salen favorecidos cuando se generan expectativas sobre posibles rebajas de los tipos de interés.

Pero si en Estados Unidos el debate comienza a girar hacia cuándo comenzará la Fed a bajar sus tasas de interés de referencia, en Europa, dado lo elevado de la inflación, los inversores siguen intentando determinar hasta dónde subirán los tipos los bancos centrales. Hoy será el Banco de Inglaterra (BoE), que reúne a su Comité de Política Monetaria, el que deberá decidir qué hacer en materia de tipos de interés. Esperamos, como lo hace la mayoría del mercado, que hoy el BoE vuelva a subir sus tasas de referencia en 25 puntos básicos, para situarlas en el 4,5%, el nivel más elevado desde antes de la Gran Crisis Financiera de finales de la primera década de este siglo. Los elevados niveles de inflación, una economía que parece estar comportándose sustancialmente mejor de lo anticipado y un mercado laboral que continúa muy tenso, con presiones alcistas en los salarios, apoyan esta decisión. La gran duda para los inversores, que esperamos nos resuelva el BoE, es si habrá subidas adicionales o no tras la de hoy. De dejar claro el BoE que seguirá incrementando sus tasas hasta que la inflación no gire claramente a la baja, es posible que se genere algo de tensión en los mercados financieros europeos, especialmente en los de bonos.

Por lo demás, cabe señalar que en la agenda macroeconómica del día de hoy destaca la publicación esta tarde en Estados Unidos del índice de precios de la producción, el IPP del mes de abril. En principio se espera que la tasa interanual de crecimiento del IPP se haya vuelto a ralentizar en el mes, hasta situarse en el 2,4% (vs 2,7% en marzo), y que también lo haya hecho la de su subyacente, hasta el 3,3% (vs 3,4% en marzo). De esta forma, el IPP estadounidense se situaría a su nivel más bajo en dos años, principalmente gracias al mejor funcionamiento de las cadenas de suministros y, esto también debe ser tenido en cuenta, a una demanda mucho más débil. Lo positivo de este comportamiento del IPP es que, con cierto retraso, su moderación terminará trasladándose al IPC estadounidense, lo que son buenas noticias para los inversores. Si las lecturas se sitúan en línea o mejoran lo esperado, es factible que tanto los bonos como las acciones reaccionen al alza tras su publicación.

Para empezar la jornada, esperamos que las bolsas europeas, tras dos días consecutivos de descensos, abran hoy ligeramente al alza, en un ambiente de escasa actividad y con los inversores a la espera de acontecimientos. Posteriormente, será la actuación del BoE en materia de tipos y, sobre todo lo que indique que va a hacer a partir de ahora, y los datos del IPP estadounidense del mes de abril los que determinarán la tendencia de cierre de las bolsas europeas por la tarde.

Por último, señalar que en el corto plazo vemos complicado que las bolsas europeas y estadounidenses retomen con convicción su tendencia alcista, por muy buenas que sean las noticias en el frente de la inflación, mientras que los políticos estadounidenses no dejen de jugar al “juego de la gallina” con el tema del límite de la deuda. Si bien todo el mundo está convencido que, como ha ocurrido antes, “la sangre no llegará al río” y habrá acuerdo para evitar el default de Estados Unidos, las posturas cada vez más radicales e interesadas de muchos políticos de ambos bandos nos hace no estar tan seguros de que finalmente no provocarán lo que sería un “desastre” para la economía estadounidense que, además, tendría importantes repercusiones para el resto de la economía mundial.