Está por ver si el reciente rally de alivio que ha experimentado la renta variable occidental ya ha perdido toda su fuerza

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una nueva sesión de más a menos, los principales índices bursátiles europeos fueron capaces de cerrar ayer al alza, mientras que los estadounidenses lo hicieron con fuertes descensos. Si todo apuntaba ayer a una apertura entre plana o ligeramente a la baja en las principales plazas bursátiles europeas, la noticia de que China había decidido bajar de 3 semanas a 10 días el periodo de confinamiento obligatorio para las personas que llegan desde fuera, noticia en línea con el proceso de reapertura que se está llevando a cabo en las principales ciudades chinas tras la ola de la pandemia que ha afectado al país, animó a los inversores, propiciando que los índices europeos iniciaran la jornada con un tono claramente alcista. Si bien el tono positivo se mantuvo durante gran parte de la jornada, la nueva caída de los precios de los bonos y el consiguiente incremento de sus rendimientos, probablemente provocada por las palabras de la presidenta del BCE, la francesa Lagarde, en el foro de Sintra, así como el nuevo repunte del precio del crudo, provocó que durante las últimas horas de la sesión los mercados de renta variable europeos cedieran algo del terreno ganado, con el sector bancario, que había comenzado el día con mucha fuerza, terminando el día muy lejos de los niveles más altos de la sesión, convirtiéndose de esta forma en un lastre para los índices.

En el ámbito macroeconómico, cabe destacar que ayer se publicaron los índices de confianza de los consumidores de Alemania (la lectura final de junio y la preliminar de julio) y de Francia (junio). En ambos casos este indicador adelantado del consumo privado mantuvo la tendencia a la baja que ha venido experimentando en los últimos meses, con la incertidumbre generada por la guerra de Ucrania y la elevada inflación como principales motivos del negativo sentimiento que muestran los consumidores tanto con relación a su situación actual como sobre la futura.

Además, ayer, como ya hemos señalado, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, intervino en el foro de bancos centrales de Sintra (Portugal), intervención en la que reiteró la intención del Consejo de Gobierno de la institución de subir sus tasas de interés de referencia en 25 puntos básicos en su reunión de julio. Además, dijo que en la de septiembre el incremento podría ser aún mayor. Lagarde destacó que el BCE irá “tan lejos como sea necesario” para asegurarse de que la inflación se estabiliza en el objetivo del 2%. Decir al respecto que quizás ésta haya sido la intervención más explícita de Lagarde en lo que a la lucha contra la inflación en el Eurozona hace referencia. Siguiendo la estela de la Reserva Federal (Fed) y de otros bancos centrales, el BCE parece ahora mucho más predispuesto a actuar con firmeza contra el alza de los precios, algo que creemos podría haber hecho antes.

Por otro lado, la falta de detalles oficiales sobre la herramienta anti-fragmentación que están desarrollando los funcionarios del BCE nos hace pensar que existen muchas discrepancias al respecto en el seno del Consejo de Gobierno del organismo. Lo que sí parece quedar claro, según lo dicho ayer por Lagarde, es que el programa tendrá cierta condicionalidad, y que a los gobiernos de los países que lo quieran utilizar no les va a salir “gratis” y van a tener que comprometerse en la aplicación de reformas para equilibrar sus cuentas, reformas que podrían conllevar un alto coste político.

En Wall Street, como ya hemos señalado, la sesión de ayer también fue de más a menos, aunque en este mercado de forma más radical. Así, y tras un inicio de sesión claramente alcista, en la que los principales índices llegaron a alcanzar ganancias superiores al 1%, la publicación del índice de confianza de los consumidores del mes de junio, el que elabora The Conference Board, índice que se situó muy por debajo de lo esperado y a su menor nivel en 16 meses, enfrió mucho los ánimos en este mercado, provocando un giro brusco de los índices, que los llevó a cerrar el día con fuertes descensos, a sus niveles más bajos del día. El fuerte deterioro de la confianza de los consumidores lastrará antes o después el consumo privado -ayer el sector de consumo discrecional, que integra a la mayoría de las compañías especializadas en la distribución minorista, fue el que peor se comportó en estas bolsas- y, por ello, también al crecimiento económico, teniendo en cuenta que el consumo privado representa cerca del 70% del PIB estadounidense. Además, en el informe de la consultora se pudo observar como las expectativas de los consumidores con relación a la inflación a 12 meses siguen siendo preocupantemente elevadas, al situarse en el 8%, el nivel más alto de la historia de la serie. Todo ello volvió a recordar a los inversores en este mercado que la posibilidad de que el crecimiento de la economía estadounidense se ralentice más de lo esperado o de que, incluso, esta economía entre en recesión, no es desdeñable.

Hoy esperamos que las bolsas europeas abran a la baja, siguiendo de esta forma la estela dejada ayer por Wall Street y esta madrugada por las principales bolsas asiáticas. Está por ver si el reciente rally de alivio que ha experimentado la renta variable occidental ya ha perdido toda su fuerza o si, por el contrario, tiene todavía recorrido, algo que empezamos a dudar. Destacar, además, que hoy se darán a conocer en Alemania y España las lecturas preliminares del IPC de junio. En principio se espera que en ambos países y en el conjunto de la Eurozona la inflación haya seguido subiendo en el citado mes, alcanzando de este modo nuevos máximos multidécada. De ser así, entendemos que la reacción tanto de los mercados de bonos como de los de renta variable será negativa. Por el contrario, una sorpresa positiva, consistente en una inflación menor de lo esperado o que, incluso, haya descendido con relación a mayo, podría hacer que tanto los bonos como las bolsas se giraran al alza.