La errática política comercial de Trump provoca una notoria revisión del PIB de EEUU en el 1T25: se contrae un -0,5% anualizado, más del doble del -0,2% preliminar

Economía EEUU

Intermoney | Normalmente las revisiones del PIB no suelen suponer grandes cambios respecto a la lecturageneral, más allá de cambios en la composición. Sin embargo, la última revisión del PIB americano en el 1T25 ahondaba en la contracción de la actividad hasta el -0,5% trimestral anualizado (más del doble frente al -0,2% preliminar). Y esta rebaja se producía porque el gasto del consumidor aumentó a tan sólo a un ritmo del +0,5%, en lugar del 1,2% previamente informado, que a su vez suponía una rebaja desde el 1,8% de la primera estimación. En
concreto, el gasto en servicios (+0,6% trim. a.) contribuyó con sólo +0,3 puntos porcentuales al PIB en los primeros tres meses del año, el nivel más bajo desde que comenzó la pandemia. A su vez, es una contribución de medio punto porcentual inferior a la anterior lectura.

La errática política comercial de la Administración Trump ha tenido sus claros efectos negativos sobre la actividad, y esta revisión a la baja del gasto discrecional en servicios lo pone de manifiesto, porque gasto en servicios recreativos lideró la revisión a la baja, restando -0,14 p.p. al PIB, mientras que viajes internacionales y transporte también estuvieron entre las categorías que registraron las mayores revisiones a la baja. Por otro lado, en la demanda de bienes vimos prácticamente un estancamiento (+0,1% trim. a.) lastrado por la notoria caída en la demanda de bienes duraderos (-3,7%), que restaba -0,28 p.p. al crecimiento debido al desplome en las
compras de vehículos y sus componentes.

La debilidad del PIB va a servir de excusa a Donald Trump para presionar a Jerome Powell y la Fed a flexibilizar su política. Precisamente las continuas dudas en torno a la independencia de la Reserva Federal continuaban durante el jueves incluso antes de conocer la revisión del PIB ya que se difundieron nuevas elucubraciones acerca de un posible sustituto para el mandatario. El jueves se especulaba con que Trump pueda anunciar a su sucesor en septiembre u octubre. Y teniendo en cuenta que el sustituto se incorporaría en mayo de 2026, anunciar a un candidato sería hacerlo mucho antes del período tradicional de transición de tres a cuatro meses. Eso
permitiría al sucesor influir en las expectativas del mercado. Tras estos rumores y la revisión a la baja del PIB, los operadores siguen anticipando un recorte en septiembre —con dos recortes totalmente descontados para fin de año. Lo interesante es que un tercer recorte tiene aproximadamente un 50% de probabilidad. Para la reunión de julio, acorde a la encuesta de CME, los inversores que prevén un recorte han pasado a ser el 22%, frente al 12% de la semana pasada.

En cuanto a la deuda pública, vimos caídas en los rendimientos del bono a 2 años, que perdía -5 p.b. (3,72%). También en la renta variable se cerró con las compras dominando la sesión. El Nasdaq subía un +0,97%, mientras el S&P500 lo hacía en +0,80%.

Siguiendo con la reacción de los mercados, el billete verde volvió a tener otra sesión negativa. El dólar ha caído más de un 10% este año y durante el jueves ha seguido perdiendo terreno hasta su nivel más bajo de 2022. Por ejemplo, dejaba el par EURUSD por encima del 1,17. Incluso los eventos de Oriente Medio pusieron de relieve el estado de fragilidad del dólar, que a pesar de encontrarse infravalorado no pudo recuperar muchas ganancias incluso cuando se intensificó el escenario a finales de la semana pasada.